viernes, 5 de febrero de 2021

Criaturas De Tagterra III



 La dinámica va a ser la misma, es decir, describiré lo más posible a las criaturas y después, si es su deseo, podrán dibujarlas y si me envían sus dibujos al correo gustor333@gmail.com yo encantado los publicaré.
Ahora comenzaré con las criaturas de hoy


Haads

En la mayoría de los bosques de Tagterra, durante la noche, se pueden ver miles de lucecillas danzando entre arbustos a la poca luz de la luna que llega a estos.

Esas luces danzantes no son luciérnagas, no se trata de las Haads; pequeños seres humanoides con alas capaces de emitir una luz blanca que hace parecer que les rodea el cuerpo; además tienen lo que se podría llamar "cabello", pero en realidad son múltiples antenas que bajan pegadas a su cabeza; sus ojos son de color negro asimilando los de un insecto, sus bocas pese a que son similares a las humanas, al abrirlas no poseen dientes y de estas salen lenguas largas con las cuales succionan el néctar de las plantas, su principal alimento; sus cuerpos vas recubiertos con una piel color verdosa que parecen plantas enredaderas, les permite camuflarse y mantenerse ocultas.

Se la pasan en enjambres de cientos y a veces miles, pero solamente se pueden ver por la noche, ya que durante el día parece que desaparecieran. Es más común verlas durante las noches de luna llena, ya que como les gusta la luz de la luna entonces es en estos momentos que se ven.

Durante la primavera es cuando más se les ve, claro que al notar que las están observando desaparecen, por eso de estas criaturas no se puede obtener muchas cosas, claro que se dice que el polvo que dejan, ya que al llenarse de polen este se torna brillante, es usado en diferentes pociones con capacidades mágicas que van desde sanar enfermedades hasta abono para las plantas.

Pese a que su forma es humanoide no tienen nada que ver con los humanos, ya que los Haads no son inteligentes y actúan más que todo por supervivencia e instinto.

Esperanza de vida: de 9 a 22 días.


Feníx

En los cielos cerca a los volcanes habitan unas aves brillantes que disfrutan del ambiente de estos, estamos hablando de los fénix.

Aves doradas y carmesí que dejan una estela de brillos dorados por donde pasan; de sus colas se extienden tres hileras de plumas que aparentan cadenas brillantes; picos en forma de gancho y pequeños, con los cuales pueden destruir las rocas secas del volcán para poder extraer su interior caliente y extraer un poco de la misma lava con la cual se alimentan; garras filosas capaces de romper el metal como mantequilla y alas gigantes con las cuales pueden volar por semanas sin descansar.

Los fénix tienen la fama de ser inmortales, ya que al morir llegan a arder  dejando un huevo de entre sus cenisas, pero pueden morir al ser devorados únicamente por un dragón, ya que los estómagos de los dragones son los únicos de soportar la carne de estas aves, ya  que pese a que estén muertas la carne tiene una temperatura extrema.

Pese a que pueden morir devorados por un dragón, es raro que se topen con uno, ya que los dragones prefieren frecuentar las montañas de Dragmag, las cuales son montañas sin volcanes, y los fénix prefieren estos ya sea por su alimento o por el cálido ambiente que les gusta.

Se dice que sus plumas son capaces de revivir a los muertos, siendo buscadas para practicar ritos y pociones relacionadas con la muerte, pero eso es mentira ya que los fénix al perder una pluma esta se convierte en cenizas, siendo vendidas copias afirmando ser verdaderas plumas de fénix.

Se dice que controlando el susurro azul y el purpura se pueden escuchar susurros capaces de controlar el tiempo y así evitar que las plumas se hagan cenizas, pero al depender de mucho mana y desconociendo un uso practico para estas, ningún elementor ha intentado usarlas.

Normalmente se la pasan en grupos de tres, en donde uno de ellos es un polluelo, pero al crecer prefieren ser seres solitarios, claro que si una pareja de fénix tienen un polluelo estos se mantienen juntos hasta que mueren y dejan el huevo de las cenisas.

Cabe agregar que los huevos de los fénix que mueren son diferentes a los que tienen la pareja, ya que los huevos de un fénix recién nacido es color bronce, mientras que el de los que son renacidos tiene un color más oscuro, a veces hasta parecido al carbón.

Esperanza de vida: Entre 50 y 70 años antes de renacer.


Karnet

Vas por un bosque oscuro y notas un brillo carmesí en el fondo, te acercas cuidadosamente y logras ver varias mariposas que emiten un brillo rojo, esas son las karnet.

Su brillo es provocado por la luz que guardan durante el día, durante esas horas se la pasan en las puntas de los arboles para recargarse; no se distinguen ya que a la luz del sol son de color verde como las hojas.

El espectáculo empieza durante la noche en donde bajan para alimentarse emitiendo un brillo carmesí.

Normalmente son grupos de más de diez las que conforman esta danza de las karnet.

Como larvas son gusanos de color rojo y verde, fáciles de ver, así que son presas de aves y de otros insectos, no se sabe porque en este estado, en el que son más vulnerables no evolucionaron para protegerse de depredadores.

Si logra sobrevivir en estado de larva por unas veinticuatro horas entonces comenzara su metamorfosis en capullo, este lo consigue subiendo a lo alto de un árbol, se deja caer y se envuelve en una ceda que se endurece a los pocos segundos de cubrirlos. Ya como capullo pueden ser victimas accidentales de otros "depredadores", pero digo accidentales porque el capullo tiene colores vivos como si de una fruta se tratase, así que son arrancados y mordidos por accidente por animales cuya dieta es de bayas y frutas.

Si logran pasar las 36 horas entonces el capullo toma un brillo y color transparente para dejar salir a una mariposa color verde que se elevara a lo alto del árbol para recargarse con luz solar y danzar en la noche con otras karnet.

Muchos comparan la metamorfosis de la karnet con la vida de los seres pensantes, es decir, tienes que sobrevivir a situaciones difíciles para llegar a convertirte en algo maravilloso, además, ya en su ultima forma como mariposa esta no tiene depredadores, dando una referencia a que cuando logres tus objetivos ya no se tendrá a nadie que se oponga.

La razón por la que en su ultima forma no tiene depredadores se debe a que la karnet, por si brillo carmesí, es confundida con la Saldrama, un insecto que también emite un brillo de este color pero es debido al fuego que tiene en sus alas.

Es muy común que si una karnet aparezca fuera de su habitad natural, el cual son los bosques y selvas, pasen desgracias, ya sea la muerte de mucha gente, una catástrofe natural o una plaga mortal, por esta razón los bosques en los que se encuentran estos insectos tienden a dejarse quietos y apartados de la civilización.

Los karnet pese a que tienden a ser victimas de muchos depredadores incluso de forma accidental, estos son capaces de poner cientos de huevos al día, y de esos cientos más del 42% sobrevive para convertise en las maravillosas mariposas que brillan durante la noche.

Esperanza de vida: de 7 a 14 días


Saldrama

Un brillo rojizo aparece entre la noche, también entre el día, pero lo mejor que puedes hacer es evitarlo, ya que la saldrama es un insecto capas de quemar la piel.

El brillo de estos se debe a la velocidad a la que mueven sus alas las cuales, además de ser muy resistentes, crean un brillo rojizo por las temperaturas que emanan al moverse.

Tienden a quemar cosas incluyendo depredadores, así que no tienen muchos, solamente pueden ser devorados por dragones ya que la boca y el estomago de estos pueden con las temperaturas, además las mandíbulas de los dragones pueden destruir las alas de estos. Esto no quiere decir que los dragones las devoren, no, ya que los dragones no disfrutan de comer insectos.

Viven en panales que crean con arena y el calor de sus alas, creando una esfera de cristal rodeara de brillos rojizos, que tienden a ser grupos muy grandes.

Les gustan los desiertos, pero rara vez se pueden encontrar en los bosques en los que las temperaturas son altas.

Son del tipo monarcas, es decir, hay una reina que da a luz a los otros saldrama y además provee de alimento a estos. La reina es la única que no emite el color rojizo, ya que esta no mueve sus alas, lo que si mueve son sus patas para recibir alimento de las obreras y dejar huevos que también sirven de alimento a la colonia.

Una vez al año nace una hembra en la colonia, por este evento pueden pasar dos cosas, o la hembra se lleva a otras saldrama para crear una nueva colonia o asesina a la reina para ser la nueva reina de la colonia. En estas disputas tiende a ganas la reina y no la contendora, ya que la reina es defendida por otras saldrama que con consideradas guerreras, claro que en los casos en los que gana la hembra retadora, termina demasiado herida lo cual no le da una esperanza de vida muy larga. en estos casos puede que entre los huevos que alcance a colocar nazca una nueva hembra que ocupe su lugar, pero normalmente termina destruida la colonia.

Las saldrama son muy territoriales al referirse a otros insectos, así que si otros insectos inician una colonia cerca (mas o menos unos 30 metros a la redonda) trataran de eliminarlos de la zona; cosa que no pasa con otro panal de saldrama.

Experanza de vida: Reina de 5 a 7 años, obreras de 4 a 8 semanas, guerreras de 6 a 9 días

domingo, 31 de enero de 2021

Los desaparecidos (parte 10)


 

Alguien llamando a la puerta me despertó; al abrir los ojos noté a Elisa aún dormida, no podía creer que me había quedado dormido con la ropa puesta, pero no era importante, quería saber cuánto tiempo estuve dormido, pero no había ningún reloj en el cuarto.

Volví a escuchar a alguien llamando a la puerta, probablemente se trataba de Howard Walterson, tenía muchas preguntas así que me levanté a atender la puerta. Al abrirla se encontraba Francis, el mayordomo.

- La comida esta lista, usted y la señorita pueden pasar al comedor cuando gusten.

Se dio la vuelta, pero volvió a mirarme.

- A propósito, el señor Walterson no se encuentra por el momento, pero llegara en unas horas, ya que el tiene muchas ganas de hablar con ustedes y me imagino que usted, detective, también.

Se marchó y yo cerré la puerta, al darme la vuelta vi a Elisa despierta, me le acerqué y le comenté lo de la comida y ella de inmediato se levantó con la intención de acompañarme a comer, creo que tenía mucha hambre ya que no se molestó en besarme como las otras veces.

Llegamos al comedor, una mesa gigante en la que había un caldero con una sopa de cebolla, dos canastas con pan de ajo, una pierna ahumada de res, un pastel de fresa y cuatro platos, obviamente con varios cubiertos. Me senté en uno de los lugares con platos y Elisa se sentó a mi lado y apenas estábamos sentados, la joven de la noche pasada, se nos acercó y nos sirvió un poco de sopa y empezó a cortar dos porciones de la pierna ahumada; en eso apareció Francis con una cacerola y al abrirla había una ensalada de papa.

Comimos hasta quedar satisfechos e íbamos de camino a la habitación, cuando Francis nos detuvo en la entrada del comedor.

- El amo Walterson está esperando por usted, detective.

Le dije a Elisa que fuera a la habitación, que después hablaríamos, ya que ella también tenía muchas cosas que decirme, cosas sobre el caso, pero después de lo sucedido anoche tenía ganas de decirle que nos largáramos juntos de ese maldito pueblo, que el dinero que pagaban por el caso no era suficiente para las tragedias que había vivido; pero mi curiosidad de detective me mantenía en el caso, en especial cuando más dudas y cosas extrañas sin respuesta seguían pasando.

Llegué a la oficina del dueño de la casa y nuestro salvador, el señor Howard Walterson, la puerta de la oficina la abría Francis y me invitaba a seguir; la oficina era totalmente con colore de madera oscura, las paredes estaban llenos de libro, una alfombra con las letras H.W. adornaba el centro de esta, con una ventana gigante en el fondo y en frente de esta un escritorio en el que se encontraba un hombre robusto, canoso, con un bigote poblado y una calva en la coronilla; ese hombre era el señor Howard Walterson.

- Detective, me alegra por fin tenerlo en mi presencia – Howard se levantaba del escritorio y acercaba una silla al mismo – por favor, siéntese, siéntese – se acercó a una vitrina que no había notado, estaba llena de varias botellas – ¿se le ofrece algo de tomar?

- No gracias – respondí mientras me sentaba.

- Insisto, créame que después de todo lo que tengo que decirle va a desear tener un trago en las manos para quitarse el sabor de la boca.

Que extraña petición por parte del señor Walterson, no estaba seguro de lo que me iba a decir, pero si iba a ser tan impactante como el dice, entonces puede que si necesitara algo en mis manos para beber.

- De acuerdo señor Walterson…

- Dígame Howard, detective

- Bien, Howard, beberé un poco de whiskey, sin hielo por favor.

- ¡Sin hielo! – exclamó Howard – usted es de los míos detective.

Sacó una botella que parecía lujosa de la vitrina, seguido tomó dos vasos sirviendo de la botella en ambos, se acercó a mi pasándome el vaso con whiskey, seguido a esto él se sentó en el escritorio.

- Este es un whiskey que traje de mis viajes en Europa, fue difícil pasarla en aduanas por su alto precio, pero soy alguien que conoce mucha gente importante – tomó un sorbo del whiskey y continuó – Primero que nada, detective, quiero que sepa que yo fui la persona que lo contrató.

continuara...

domingo, 24 de enero de 2021

Los Desaparecidos (Parte 9)

 


- Ya pueden levantar la vista – Dijo el hombre mientras abría una puerta de madera que nos llevaba hacia afuera.

Primero salió el, asomó la cabeza y nos hizo una señal para que lo siguiéramos; no estaba seguro de donde estábamos, pero sí noté que estábamos lejos de la plaza central del pueblo, ya que los gritos desesperados de algunos se escuchaban a lo lejos. El hombre nos guío por unos callejones hasta que llegamos a unas rejas de una casa enorme, que digo casa, era una mansión; en las rejas había dos iniciales doradas “HW”.

Pasamos un jardín inmenso y llegamos a la puerta de la mansión, el encapuchado sacó unas llaves y abrió la puerta; al entrar nos pidió que lo siguiéramos.

El recibidor era inmenso, con pisos de mármol café y blanco, unas escaleras gigantescas en el centro que llevan a la planta alta de la mansión, y seis puertas, tres a cada lado, que seguramente conectaran con más habitaciones.

De una de estas puertas salé un hombre de edad avanzada, pero con buen porte, y junto a este una chica joven vestida como mucama.

- Por favor, lleven a la chica y al detective para que escojan unas ropas – decía el encapuchado – tal vez que tomen un baño – el hombre iba a subir las escaleras, pero se detuvo al pie de estas, volteo a mirarnos y continuo – ¡ah! Y por favor, atiende las heridas del detective, por favor, y cuando terminen tráiganlos a mi oficina, necesitamos hablar.

El hombre subió mientras el anciano y la mucama nos indicaban que los siguiéramos, Elisa fue con la chica mientras que yo seguí al que, yo supuse, era el mayordomo, hacia habitaciones diferentes, pero cada una al lado de la otra atreves de las puertas a nuestra izquierda.

La habitación era gigante, con una cama doble, baño, un ropero gigante y un escritorio. El mayordomo entró antes que yo y abrió el ropero, sacó una toalla, entró al baño, escuche que abrió la llave del agua y salió, indicándome que entrara.

- Mientras lava sus heridas iré por el botiquín y proseguiré a la curación – dijo el mayordomo.

Solamente pude dar las gracias y entré al baño, escuché la puerta cerrarse y entre a la bañera, el agua estaba tibia. Al sumergirme sentí todo el ardor de las heridas, incluso en zonas de mi cuerpo que no había notado que tenía heridas.

Pasaron unos minutos cuando entró el mayordomo con una caja como de herramientas, pero al abrirla habían diferentes medicamentos, vendas e incluso hilo y una aguja curvada; reconocí la aguja de mis épocas en la policía, un disparo en mi vientre que casi me mata, esa herida también fue ocasionada por mi “amigo”, creo que tengo que escoger mejor mis amistades.

Mientras el mayordomo cerraba mis heridas traté de iniciar una conversación, pero el solamente me dijo que el señor de la casa respondería todo, que el solamente esta para obedecer las ordenes del mismo.

- ¿Al menos puedo saber el nombre de nuestro salvador? – pregunté mientras ocultaba el dolor por las heridas que estaba limpiando el mayordomo.

- A mi puede decirme Francis, y el señor de la casa es el señor Howard Walterson.

Ese nombre no me suena para nada, pero por la propiedad podía pensar que es un hombre realmente acaudalado, tal vez uno de los más ricos del pueblo.

Tras curar mis heridas me pasó la toalla y me dijo que podía escoger cualquier cosa del ropero para usar, seguido a esto el Mayor domo salió del cuarto.

Encontré una camisa blanca, unos pantalones color caqui, unos zapatos negros y una chaqueta negra de cuero, estas ropas me quedaban perfectamente, pero también había notado que tenia sueño, traté de mirar algún reloj en las paredes y noté tres cuadros diferentes, uno que parecía muy viejo y además la mujer que salía en este también usaba ropa como de la edad media; el otro cuadro era el de una familia de tres, un hombre de edad adulta, con una mujer muy parecida a la del primer cuadro y una niña, en este cuadro usaban ropas mas a esta época, y el ultimo era el de una chica joven, también parecida a las otras dos mujeres, pero esta también usaba ropas de la época.

Mi concentración en los cuadros se vio interrumpida cuando se abrió la puerta, era Elisa, ya estaba vestida usando un vestido de dos piezas color negro y un buso negro. Al verme sonrió y corrió a mis brazos para que pudiéramos abrazarnos. El abrazo se sintió como si hubiera durado horas, pero no quería dejarla ir, y ella parecía que no quería irse de mi lado.

- Gracias por venir por mi – decía Elisa mientras dejaba caer una lagrimas entre alegría y miedo.

Se apartó y nos miramos a los ojos por un momento; yo le limpie las lagrimas con mi mano derecha y dejaba ver una sonrisa.

- El mayordomo me dijo que podíamos dormir, que el señor de la casa se había quedado dormido y que era mucho mejor el hablar mañana con la mente clara y descansada.

¿Mañana? Creo que Elisa quería decir más tarde, pero de todas formas la idea de dormir me parecía lo mejor.

Nos acostamos, y mientras estábamos abrazados quedaba dormido, no podía aguantar más el cansancio por este largo día.

Continuara...

domingo, 17 de enero de 2021

Los Desaparecidos (Parte 8)

 


Sentí que mis piernas se movían solas acercándome a la tarima, quería ver de cerca a Elisa, quería saber si estaba bien… No, algo no estaba bien.

Mientras avanzaba todos a mi alrededor se abrían paso para que yo pudiera llegar a la tarima, me sentía como hipnotizado acercándome hacia Elisa. Ya había notado que algo no estaba bien, pero mi cuerpo no reaccionaba.

Al llegar frente a la tarima, el tipo de la voz conocida se me acercó y me dijo al oído:

- Lo noté desde que mató a los hermanos enviados por el Ojo – Unos tipos se acercaron y empezaron a quitarme las pistolas y a quitarme la ropa – no sé como hizo para escapar, pero esta vez no lo tendrá tan sencillo.

Me encontraba desnudo y me después me amarraron y vendaron y sentí como me subían a la plataforma junto con Elisa.

La voz familiar siguió hablando:

- Este hombre es el citadino, el detective que vino a arruinar nuestra paz y prosperidad de nuestro pueblo, y ahora, también será parte del rito para nuestro protector El Ojo.

Se escucharon ovaciones tras estas palabras, y por alguna razón esto me despertó del trance, pero no podía liberarme, esta vez me tenían. En eso escuché un llanto, sentía a Elisa, estábamos atados juntos.

- Creo que jamás podrás ayudarme – decía Elisa con la voz en llanto.

- Lo siento Elisa, no quería que te involucraras en esto.

- No – pude sentir como Elisa trataba de tomar mi mano – El que me hicieras pensar que se terminaría este culto y que había un poco de esperanza de encontrar a mi hermana me hizo sentir feliz, así fuera por un corto tiempo

- ¿Eras parte del culto?

- No – Seguíamos escuchando las ovaciones – Solamente había escuchado rumores al respecto y que estaban relacionados con las desapariciones en el pueblo, pero mi hermana sabía más de este culto, un día salió a verse con alguien, un viejo amigo de cuando estudiamos juntas, pero yo no quería verme con él, así que mi hermana fue sola; pero después de ese día ella empezó a actuar de forma extraña, salía todas las noches, y siempre me decía que a las 3:33am no saliera por nada del mundo de mi cuarto.

Se escuchó una ovación más fuerte, como si alguien importante hubiera aparecido… o algo.

- ¿Crees que ella fue sacrificada por el Ojo?

- No lo sé – respondió Elisa.

Nuestra conversación fue interrumpida por una fuerte ventisca, se sentía que nos podría empujar muy lejos de no ser por lo bien que estábamos atados.

De repente se escuchó una voz gruesa, macabra y gutural.

- Otra vez me invocas número 1 – decía esta voz.

- Sí mi señor – respondía la voz familiar de hace rato

- ¿Osas invocarme de forma seguida? Primero por una joven sin importancia, después por un policía que te ocasiona problemas, y ahora por estos dos.

- Señor, es que pensé…

- ¡NO! – se sintió un estruendo por toda la tarima y comencé a escuchar pasos, pero no eran los pasos de una persona, eran los pasos de esos monstruos que me atacaron la otra vez.

- Perdón por interr…

- Y sigues hablando sin que sea pedida tu explicación – Se escucho un silencio macabro por unos segundos – Ahora bien, se supone que solamente debo ser invocado durante la luna nueva, porque mis poderes están al máximo.

- Lo sé señor, pero…

- Además – interrumpía la voz tétrica – estas invocaciones constantes hacen que mis poderes disminuyan ¿o es que me quieres eliminar? Numero 1

- Claro que no señor, pero creí que a mayor cantidad de sacrificios usted, mi señor, estaría más feliz.

- ¿Parezco feliz número 1?

Después de eso comencé a escuchar gritos entre mordiscos, huesos rompiéndose y sangre salpicando; seguía sin ver nada y tampoco podía liberarme, sentía que sería mi final. Tras unos minutos sentí como mis ataduras se aflojaban y lo primero que hice al sentir mis manos libres que quitarme la venda. Noté que el cielo estaba de color rojo y la gente estaba en un lago de sangre siendo devorados por los monstruos; quería ver de dónde venía esa voz tétrica de hace un rato pero mis ojos se quedaron viendo a Elisa, la cual me abrazaba de una forma increíble, y yo le respondí el abrazo de vuelta.

- Muy lindo, pero tenemos que irnos o no podremos contarlo.

Eso lo dijo un tipo encapuchado que estaba cerca de nosotros y sosteniendo una soga, era el que nos había liberado a Elisa y a mí.

- Por aquí, rápido, no volteen a mirar, no hay tiempo de nada y el Ojo siente las miradas.

Nos llevó por un pasadizo oculto detrás de la tarima, nos pidió que siempre miráramos el suelo que levantaríamos la vista a su debido tiempo, pero que en este momento representaba un peligro hacerlo. No entendía porque nos pidió esto, pero nos había salvado, y lo mínimo que podía hacer era hacerle caso, después de todo lo que pasó esta noche, los monstruos, el que no pudiera controlar mi cuerpo y el de algún súper ente que fue invocado; no quería que ninguna otra cosa extraña nos ocurriera.

continuara...

domingo, 10 de enero de 2021

Los Desaparecidos (Parte 7)


 

Tratando de que mis nervios desaparecieran para poder apuntar bien para dispararle a la criatura que tenía en frente, no podía tomar mucho tiempo y, aún con la mano temblorosa, logré darle a un costado; al impactar la bala, el monstruo dejó salir un grito desgarrador que no había escuchado nunca, después de eso corrí lo más rápido que pude hacia la camioneta.

Uno de los que estaban a mi derecha se acercó, pero volví a disparar para que se alejara, el disparó no le impactó, dio en el suelo cerca de eso.

Seguí corriendo hasta que volteé en la esquina para quedar en frente del hotel, y por suerte ahí estaba la camioneta; corrí hacia esta, retiré los seguros con el botón de las llaves y entré lo más rápido que pude. Me encontraba con la respiración agitada y  con mi corazón latiendo fuertemente; traté de recuperar el aliento y calmarme; miré por las ventanas para ubicar a las criaturas, pero no alcancé a recuperar la respiración cuando uno de esos monstruos calló en el capó de la camioneta y de inmediato clavó sus garras en el parabrisas; tomé las llaves, encendí la camioneta, la coloqué en reversa y arranqué a toda velocidad con la esperanza de que ese monstruo se cayera, y así fue dando unas vueltas en el suelo, la miré por unos segundos viendo como trataba de levantarse, así que puse la camioneta en marcha y aceleré hasta que le pase por encima haciéndome brincar un poco en mi asiento; miré por el retrovisor a los otros monstruos que se acercaban alrededor del que acababa de atropellar, como si se sintieran mal por su camarada, pero ahora tenía que alejarme de ese lugar, no podía quedarme a esperar una reacción de lo que sean esas criaturas.

Tenía la vista limitada por las garras que clavó esa cosa en el panorámico de la camioneta, así que ir rápido tampoco era una opción… de todas formas ¿A dónde iría?

Con la velocidad baja pude notar que habían más de esos monstruos por los tejados y algunas calles del pueblo, deambulando como si buscaran comida o algo por ese estilo. De repente noté que un grupo grande de criaturas (entre cinco y seis) comenzó a moverse en la misma dirección, e incluso otras iban sumándose detrás de estas, como si algo las llamara. Por un momento me sentí aliviado, pero después me dio curiosidad ¿a dónde se dirigen todos estos monstruos?

Apagué las luces de la camioneta y la puse en marcha, pero a baja velocidad, no quería llamar la atención de esos monstruos.

Era extraño que esas creaturas seguían una dirección en común, como si alguien las estuviera llamando a un lugar; tenía una curiosidad ya que, pese a que solamente he visto un par de veces a estos monstruos, mi instinto me decía que era un comportamiento extraño.

Tuve que detenerme para poder seguirlos, no porque no pudiera seguir con la camioneta, esto era porque ya eran demasiados monstruos y movilizarme en la camioneta los alertaría.

La aparqué y me bajé con mucho cuidado, obviamente iba con mi pistola en las manos, por si las cosas se me salían de control, pero me sentía tan rodeado por esos monstruos y además al dispararles solamente los alertaría y me convertiría en una presa fácil.

Iba oculto evitando que esos monstruos me vieran, pero por alguna razón sentía que no me verían, ya que se notaban como hipnotizados por algo o alguien, y quien quiera que sea lo que los tenía así, los estaba llevando a la plaza central del pueblo.

Llegué a la esquina de una casa que tenia varias cajas de madera afuera; si iba más allá llegaría a la plaza y sería visto por lo que sea que estaba allá. La plaza, en forma redonda, estaba llena de antorchas que la alumbraban, un grupo de encapotados formaban un circulo alrededor de una pequeña tarima que estaba cubierta por un telar negro; atrás de todas estas personas se estaban colocando los monstruos, pero estos no mostraban ninguna señal de hostilidad como hace un momento.

Levanté la vista y en los techos habían más de estos monstruos, mirando hacia el centro de la plaza, como si esperaran a lo que sea que ocultaba el telar.

Tras unos minutos, de entre los monstruos, salió un hombre encapotado con una capa negra, la oscuridad no permitía verle el rostro. Este se subió a la tarima y empezó a hablar.

- Seguidores del Ojo y criaturas de las horas del diablo, les tengo noticias, buenas noticias de parte mía y de otros seguidores.

Por alguna razón podía escuchar claramente lo que decía, no sé si es que tenía instalados algunos parlantes, además la voz se me hacía familiar, estaba seguro que era el tipo con el que hablé por celular.

- Esta tarde – continuó el sujeto – Acabamos con el citadino invasor y destruimos ese albergue de enemigos del Ojo

La gente aplaudió y gritó de alegría por la noticia, también los monstruos, pero con un gruñido tétrico.

- Ahora, para concluir daremos en ofrenda a esta mujer a las criaturas de las horas del diablo para que nuestro pacto con el Ojo siga en pie.

El telón caía y dejaba ver a una mujer desnuda atada de manos y pies, también tenía los ojos vendado y la boca amordazada. Mis ojos se abrieron al identificar a la mujer ¡Era Elisa!


continuara...