viernes, 17 de julio de 2020

Tres Historias de Tagterra


Primera Historia

Estaba ayudando a mi madre tendiendo la ropa que ella había lavado, nuestra casa esta cerca a un bosque así que tenia una cerca con algunas letras verdes escritas, mi madre decía que era para apartar a los animales del bosque de la casa, y como siempre había funcionado entonces nunca les había preguntado por estas, y tampoco lo había podido comprobar, por lo menos hasta este día. Vi unos ojos brillantes amarillos entre la oscuridad del bosque cercano, otra persona habría tenido miedo de estos ojos, pero por alguna razón yo no, sentía como si esos ojos me estuvieran hablando, pidiéndome algo; en eso recordé un pedazo de pan que había guardado en mi bolsa de la falda; lo saque y los ojos se acercaron saliendo de la oscuridad, se trataba de un cachorro de lobo, era de color grisáceo con el pecho un poco blanco y ojos amarillos brillantes, lo curioso es que el lomo era de color azul.
Trató de acercarse, para recibir el pan, pero no podía acercarse, las letras verdes comenzaron a brillar. De repente me pareció escuchar en mi cabeza que el cachorro me pedía el favor de que le diera el pan; agité mi cabeza me acerque a la cerca y arrojé el pan que calló cerca al cachorro, este lo tomó con las mandíbulas y se fue... creo que me dijo gracias.

Segunda Historia

Otro crimen sin pruebas, quieren que lo resuelva, ya que no confían en que la policía pueda resolverlo, pero si ellos no pueden ¿por qué yo podré?
Destapo otra botella de whisky y vuelvo a mirar las pruebas por milésima vez, tomo un sorbo y pienso que este crimen no tiene sentido, alguien ingresó a la mansión, mató a la pareja que vivía ahí y se fue, sin cerraduras forzadas, sin dejar el arma homicida, sin testigos... una perdida de tiempo.
Tiro los papeles y tomo otro sorbo de mi whisky, en eso golpean la puerta de mi oficina, voy a la puerta y al abrirla veo a un joven bajito vestido con pantalón azul oscuro, camisa a rallas, tirantes y una boina azul oscura.
- ¿Quien eres y que quieres? - le pregunto
- Yo, fui enviado por el abogado de la familia que fue asesinada, el esta muy interesado en que se resuelva el caso ya que sera el que se encargue de su paga.
Lo que me faltaba, un chiquillo queriendo ayudarme, como si no pudiera hacerlo solo, lo extraño es que en vez de pedirme revisar las pruebas me pide que lo lleve a la mansión donde fueron asesinados; perdida de tiempo.
Acabo mi whisky y le digo que lo llevare en mi auto, en el camino el chiquillo no pregunto nada, ni me dijo su nombre, cosa que no me interesaba saber, pero algo me decía que si no le preguntaba no podría saberlo nunca más; igual no lo hice.
Llegamos a la mansión, le dije que la policía había revisado todo el lugar en búsqueda de pruebas y que no había nada, el simplemente se quedó mirando  la puerta y fue directo al cuarto donde mataron a la pareja; miró alrededor, después se acercó a la cama y se quedó mirando, hasta que reaccionó asustándome un poco.
- ¡Fue un crimen pasional! - gritó el chiquillo
- ¿Que diablos?
No había notado que sus ojos tenían un brillo azul, pero dejé de prestarle atención y volví al caso
- ¿Como diablos sabes eso?
- Usted también debería saberlo, somos iguales, bueno, "iguales" - Seguía confundido, pero deje que siguiera - El hombre de la casa tenia un romance con una mujer, esta mujer se habría enterado que el no iba a terminar su matrimonio por estar con ella, así que mato al hombre como a la mujer.
- ¿Cómo rayos sabes eso?
- La mujer era una elementor blanca, así que podía teletransportarse dentro, dentro del cuarto que ya conocía, debe de ser una poderosa ya que dejó los rastros de mana al usar la magia, posiblemente también es elementor de oscuridad, algún embrujo para matar y no dejar huellas también fue usado.
El chico fue hasta la puerta y volteo a mirarme, haciéndome señas para que lo siguiera.
- Rápido, podremos encontrar el lugar desde el que hizo la teletransportacion y rastrearla desde ahí, no puedo hacerlo solo, necesitare alguien fuerte en caso de que tenga que pelear con ella.
No lo sospeché nunca, este chiquillo es igual que yo, claro que a diferencia mía, el es un elementor azul, necesitara de mis poderes del susurro rojo en caso de que se arme una pelea.

Tercera Historia

Creo que ya no soporto más, el ser rechazado por lo que puedo hacer ¿Por qué tendré esta maldición? decidí comprar un revolver, si, sera en mi cuarto justo en la cabeza, al llegar a la tienda de armas el tipo no quiere venderme un arma, dice que tengo que esperar, me sobresalto y le insulto, saliendo así de la tienda de mal genio.
Tendré que pensar en otra forma... pero que tonto, yo puedo crear el arma para matarme.
Voy a la chatarrearía, y compro unos aditamentos, después voy a la que químicos y con mi permiso especial compro algunos otros y, en un parque solitario en medio de la noche, comienzo a construir.
Tras varias horas termino un arma para suicidarme, esta hecha de tal forma que solamente puedo usarla yo, así nadie podrá robarse mi invento.
Apunto a mi cabeza y estoy por apretar el gatillo cuando escucho la voz de un hombre atrás mio
- Es increíble lo que acabas de hacer.
La voz era gruesa y reconfortante. Volteo a mirar y en ese mismo momento comienza a salir el sol, evitando que pueda ver el rostro de este hombre con claridad.
- Creo que sera una lastima desperdiciar tus dones matándote, pero no te detendré, lo que si haré es darte otra opción, que crees esas armas para mi y de esa forma ya no seremos despreciados, ya no tendremos que ocultarnos ante los ojos de los humanos y junto a otros como nosotros destruiremos a la humanidad, reclamando lo que es nuestro desde el principio, me refiero a este planeta.
El hombre extendió su mano y yo... yo... yo la tomé, quería cambiar el mundo, quería que este hombre me ayudara a encontrar mi objetivo en este mundo y yo haré lo posible para que su visión se haga realidad.