miércoles, 28 de octubre de 2020

Al Fondo Del Pasillo


 Iba a continuar mis estudios en un nuevo colegio ya que por el trabajo de mi padre tuvimos que mudarnos.

Llegamos a un pueblo pequeño, lejos de la ciudad. Mi padre esperaba que iniciáramos una nueva vida juntos, obvio con nuestro perro Mat.

El primer día en el colegio fue complicado; ya todos conocían los temas y no coincidían con los que estaba viendo en mi colegio anterior, a veces hasta sentía que iban un poco atrasados, pero no le preste mucha atención a eso.

A la hora del almuerzo me toco buscar una mesa en la que me dejaran sentarme, todos me miraban como un bicho raro; al final lo resolví sentándome en el suelo, de todas maneras todo lo que quería era comer y recorrer el colegio.

No parecía un colegio muy grande, lo que si tenia era un amplio terreno para jugar, pero a mi no me importaba jugar, más sin tener amigos con los cuales compartir, solamente quería saber donde estaban las cosas en el colegio, biblioteca, enfermería, salones de laboratorio y de más cosas.

En la biblioteca me encontré con la encargada de esta, se sorprendió de verme y exclamó "Normalmente no se acercan los niños a la biblioteca". Me hizo una seña para que siguiera y pasara el receso ahí, yo acepte para no ofenderla, ya que solamente quería saber donde estaba ubicada y ya.

Fui a buscar algo que leer cuando escucho una risa, había alguien más en la biblioteca, una chica que parecía de mi edad, tenia el cabello rubio, largo y las manos de color pálido; no alcancé a verle el rostro, ya que cuando voltee a mirarla se cubrió con el libro, pero me llenó la curiosidad de conocer a esta chica.

Tomé un libro cualquiera y me senté en frente de ella, iba a preguntarle su nombre cuando la encargada de la biblioteca me pidió que guardara silencio. No sabia que hacer cuando veo que estira su mano hacia mi sin bajar el libro y me deja una nota. "No se puede hablar acá" decía en esta, quería responderle pero no tenía ningún bolígrafo a la mano, en eso me pasó otra nota:

"La próxima vez trae algo para escribir si es que quieres hablar conmigo, sé que quieres conocerme porque nadie toma un libro de calculo y se pone a simular que lee :3".

Cuando subí la vista la chica ya estaba en la salida de la biblioteca; así que corrí tras ella pero la bibliotecaria me detuvo, no me había dado cuenta que tenia el libro de calculo en las manos, me pidió que sacara el carnet para sacar el libro o devolverlo a su lugar. No tenia tiempo para sacar el carnet así que corrí hasta el librero de donde lo saqué pero, al colocarlo sonó la campana que anunciaba el retorno a clases. Al salir de la biblioteca no vi a la chica, pero si a varios chicos que retornaban a sus respectivas aulas.

Al día siguiente se realizó un trabajo en grupo, obviamente fui el ultimo en ser elegido en el grupo, pero al menos ya tenia otras dos personas con las cuales hablar, resulto que teníamos algunas cosas en común, así que congeniamos los tres.

A la hora del almuerzo mis otros dos amigos me invitaron a comer a su mesa, les conté de la chica de la biblioteca a lo que ambos se rieron añadiendo "durante el receso solamente la bibliotecaria esta metida en ese hueco", yo les insistí que la chica era real, les mostré las notas que me había enviado el día anterior, pero seguían sin creerme, les dije que volvería hoy y que esta vez si podré contestarle, ya que llevaba un bolígrafo, ellos me dijeron que pasarían el receso en el patio jugando con otros chicos y que podía unirme a ellos si es que no estaba la chica esta vez.

Estaba por irme a la biblioteca cuando uno de mis amigos se me acercó y me advirtió "Eso sí, no vallas al fondo del pasillo del quinto piso, nadie va allí y se dice que esta maldito"; eso me dio un poco de miedo y recordé que no había subido al quinto piso, pero ahora menos ganas de ir tenia.

Me despedí y tome rumbo a la biblioteca; al llegar salude a la bibliotecaria que me repitió "Normalmente no se acercan los niños a la biblioteca", no le preste atención y fui a la sección de literatura, tome un libro y busque la mesa donde había encontrado a la chica, pero no estaba; de repente escuché una risita, era la chica, esta vez estaba sentada en una mesa ubicada más al fondo.

Me senté frente a ella cuando, no pasó ni un minuto, vi que me pasaba una nota. "¿Otra vez tú?" decía en esta; saqué mi bolígrafo y le respondí "Sí, tenia ganas de hablar contigo, y ahora ya tengo un boligrafo", le entregué la nota y escuche su risita; pasaron unos segundos cuando me pasó otra nota "Soy Sara, voy en séptimo curso y sí, estoy interesada en conocerte también". Esta nota me puso muy feliz ya que iba a un curso menos que el mío, comenzamos a escribirnos todo tipo de cosas para conocernos más hasta que sonó la campana; en ese momento retiró el libro que cubría su rostro, era una chica hermosa, ojos claros, piel pálida con unas pecas y unos labios rojos que me daban ganas de besar.

Estábamos por salir de la biblioteca cuando ella me dijo que había olvidado unas cosas y que me adelantara, no vi problema, salí de la biblioteca y me quede esperando por ella, pero pasaba el tiempo y no salía, no podía darme el lujo de llegar tarde a clase, se que ella entenderá; así que me fui directo a mi salón para no llegar tarde.

Cuando hubo tiempo les conté a mis amigos de la chica y ellos no podían creerlo, no estaba loco después de todo, además tenia las notas como prueba; uno de ellos me dijo que la esperara a la salida, así podría verla y pedirle disculpas por no esperarla, de paso ellos la verían, pero obviamente ocultos para que no se sintiera mal la chica, ya que si se la pasaba en la biblioteca sola entonces quiere decir que es muy tímida.

La hora de finalizar las clases había llegado, me quedé esperando en la puerta principal del colegio a que saliera Sara, mis amigos estaban alejados pero a la vista, disimulando que hacían otra cosa.

Pasaba el tiempo y nada que veía a Sara, ya habían salido todos del colegio pero no había señal de Sara; mis amigos se acercaron y me trataron de mentiroso, yo les dije que era imposible, que ella aún debe de estar adentro; ya sus burlas comenzaron a fastidiarme y los empujé y corrí adentro del colegio, tenia que encontrar a Sara, ellos corrían detrás mío, no se si insultándome o que, yo solamente corría hacía la biblioteca, no sé porqué, pero sentía que ella estaría allí.

Entré a la biblioteca y me faltaba el aliento, la bibliotecaria me vio e iba a repetir lo mismo de "Normalmente no se acercan los niños a la biblioteca", pero la ignoré, tenia que encontrar a Sara, y efectivamente ella estaba ahí, sentada en la mesa que estaba al final de la biblioteca, era la única mesa al final de ese pasillo de libros, pero no me parecía algo relevante, así que comencé a acercarme a Sara, el camino se me hacía cada vez más y más largo, el ambiente comenzó a sentirse cada vez más pesado e incluso se me comenzaba a dificultar el respirar, sentí que pasaron horas hasta que finalmente llegué hasta donde estaba Sara, me faltaba el aíre, así que no pude decirle nada; ella bajo el libro y me miro a los ojos, su mirada era más penetrante y sentía que miraba al interior de mi alma; después de eso dejó salir otra risita y señaló detrás de mí, volteé a mirar para darme cuenta que estaba en un pasillo increíblemente largo, estaba seguro que estaba en la biblioteca y que el pasillo era por unos libreros, pero no habían libreros, no, se trataba de un pasillo largo con varias puertas de las que se asomaban sombras a las cuales solamente se les podía distinguir dos puntos rojos brillantes como si fueran ojos.

Mi respiración se había agitado más y sentía que el aire me faltaba, de repente llegó a mi cabeza los gritos de mis amigos "¡no sigas por allí!" "¡vuelve!" "¡no subas allá!". Sentí una mano fría que me sujetaba del brazo con una fuerza increíble, como si pudiera romperlo si quisiera. Miré rápidamente de quien se trataba, era Sara que me miraba con una expresión escalofriante mientras se reía.

"La biblioteca queda en el segundo piso" me dijo Sara con una voz fría y profunda; traté de liberarme pero no lo conseguía, su fuerza era mayor a la mía; traté de gritar pero la voz no me salía; comencé a llorar por la desesperación y el miedo.

"Sí, llora, llora todo lo que quieras, todos lloran cuando llegan al fondo del pasillo del quinto piso".