martes, 27 de octubre de 2020

Compilado De Anécdotas

 


Primera Anécdota

Yo soy una persona muy sensible a las energías, en especial a la de los espíritus.

Estaba en el hospital ayudando a mi tía con unas cosas de la bebé, la cual tenia que estar hospitalizada por su nacimiento prematuro; me encontraba en el ascensor y comencé a escuchar los lloriqueos de un bebé, mire a las personas que también estaban en el ascensor, pero ninguna tenia un bebé; estaba llegando a el cuarto donde estaba mi tía cuando veo a un hombre llorando, no le preste mucha atención.

llegué a donde estaba mi tía cuando una de las enfermeras dijo que uno de los bebés no lo logró, creo que eran los lloriqueos de ese bebé los que escuchaba en el ascensor.


Segunda Anécdota

Me había despertado temprano, casi madrugada, yo tenia que salir a estudiar y mi madre a trabajar, mis primos también tenían que salir. iba a bajar las escaleras cuando veo una sombra en las otras escaleras que van a piso de arriba, pensé que era alguno de mis primos, así que le dije que bajara rapido, ya que se le iba a hacer tarde para salir, le di la espalda y bajé, pero cuando llegué al comedor estaban mis primos, mi mamá y mi tía desayunando, preferí desayunar y salir que darle vueltas a la idea de quien estaba en las escaleras.


Tercera Anécdota

Yo estaba en la sala de mi casa, sala que estaba en el segundo piso, cuando siento que golpean la puerta, le pido el favor a mi hermanito que mirará de quien se trataba, el bajó y escuché que había abierto la puerta; comencé a llamarlo, pero no contestaba, ya me había asustado, así que bajé y mi hermanito estaba frente a la puerta que estaba abierta, con los ojos blancos y de pie; además no reaccionaba, como si hubiera quedado paralizado mirando al vacío. Obviamente yo me asuste y lo sacudí para que reaccionara, de repente sus ojos volvieron a la normalidad y me abrazó llorando, me decía que no recordaba nada después de que abrió la puerta, yo lo abracé y lo regañé por abrir y no mirar quien era antes.

Desde entonces mi hermanito siempre revisa antes de abrir la puerta, lo malo es que nunca sabremos quien fue a nuestra casa ese día.


Cuarta Anécdota

Mi sobrinito siempre decía que tenia un amigo con el que jugaba, era normal, hasta que algunas cosas empezaron a suceder a su alrededor, vasos rotos, libros cortados o en piso, etc.

El le echaba la culpa a su amigo imaginario, por lo cual era regañado.

Un día tuvimos un asado con toda la familia, obviamente tomamos una foto para recordar el momento; al revelar la foto notamos que se veía una persona en la ventana que además estaba dentro de la casa; nosotros nos asustamos, se había metido un ladrón ese día o un intruso, cosas así; era imposible que fuera algún familiar ya que todos estábamos en la foto, menos un primo que fue el que la tomó; en eso la foto llegó a manos de mi sobrinito quien grito "¡Es mi amigo! ¡Es mi amigo!".


Quinta Anécdota

En Pacho no pasa nada terrorífico, por lo menos no en los alrededores de la finca, eso sí, por la carretera principal se aparece una chica vestida de blanco, la gente prefiere no pasar por allá después de la media noche, se dice que fue atropellada o que engañó al marido y este la mato, no sé, pero de lo que si estoy seguro es que es mejor no transitar esa carretera después de la media noche.


Sexta Anécdota

Una vez me tocó un turno por la noche en el hospital, eso es súper callado a esas horas a menos que se tenga que atender una emergencia.

Estaba quedándome dormida cuando preferí levantarme, echarme agua en la cara y tomarme un tinto. Ya estaba saliendo del baño cuando de reojo veo a una persona entrar a una de las habitaciones, me pareció raro, ya que en esa habitación solamente habían dos personas de edad; una había tenido un problema de tendones y la otra había salido de un paro cardiaco, es decir, que ninguna de las dos podía levantarse por si sola. Fui a revisar de que se trataba y al entrar los signos vitales del que había sufrido el paro estaban muy por debajo; soné la alarma y llegaron unas enfermeras y unos doctores a ayudarme.

Gracias a Dios logramos salvarle la vida.

Una tarde antes de irme a mi casa pasé a visitar al anciano, el que me agradeció por salvarle; en eso veo que tiene junto a la almohada una foto, el me la enseña y me dice que es una foto que se tomó con su esposa, ella había muerto en este mismo hospital; me quedé mirando entre sorprendida y aterrorizada la foto, estoy seguro que esa fue la persona que había entrado a la habitación esa noche, había sido la esposa difunta de este hombre.