miércoles, 4 de noviembre de 2020

Compilado De Anécdotas III


 

Primera Anécdota

Cuenta la leyenda que en el río guatapuri, en valledupar, hay unas sirenas que llevan a los hombres, en especial el viernes santo después de la cinco de la tarde, yo no creía eso pero mi primo me dijo que eso es verdad, que allá siempre aparece alguien muerto cada año el viernes santo, normalmente hombres


Segunda Anécdota

En la casa de mis padres el baño quedaba por fuera de la casa, y pues por esos lados da mucho miedo en especial de noche.

Una noche mi hermana me despertó a mi y a mi mamá para que la acompañáramos al baño, las dos sabiendo el miedo que provoca ir solo al baño la acompañamos.

Ella entro y con mi madre nos quedamos afuera, en eso veo a una mujer de apariencia fantasmagórica, no se le veían los pies y parecía que flotara; con el cabello largo y piel pálida. La mujer iba llorando hacía el pueblo, no le preste atención para no asustar a mi mamá ni a mi hermana.

Dos días después de eso le dije a mi mamá lo de la mujer y ella me confesó que también la había visto pero que no dijo nada para no asustarnos, y además que esa era la llorona.


Tercera Anécdota

Era tarde en la noche, yo salía de trabajar y me dirigía a mi casa, cuando una camioneta negra se me acerca y unos hombres comienzan a lanzarme piropos, estaba asustada cuando veo a un hombre cerca, lo tomo del brazo y le digo "Amor, ya te encontré, gracias por esperarme" el hombre noto mi miedo y me siguió el juego; después de esto los tipos de la camioneta no molestaron y se fueron, yo comencé a llorar, el chico se ofreció a acompañarme y yo acepté.

Me dejo en la puerta de mi casa e intercambiamos números, ya que el se iba a devolver solo y quería saber si llegaba bien. Tras unos minutos me escribió que había llegado bien a casa y hablamos para que yo me calmara (hoy en día somos pareja).

Al día siguiente vi en las noticias que una mujer había sido violada por la misma ruta donde me encontré a los tipos de la camioneta; me dio miedo y sentí que tuve suerte de encontrarme a ese chico en el camino. Ahora cuando salgo tarde pido un Uber sin importar que tan cerca este de casa


Cuarta Anécdota

Habíamos llegado a un sitio con mi novia, ese sitió estaba frente al cementerio; ella fue a hacer sus cosas mientras que yo parqueaba el automóvil, estaba difícil el parquear, en eso un anciano me empezó a hacer señas para poder parquear adecuadamente, yo le di las gracias y me quedé en el auto esperando a mi novia, obviamente le iba a dar unas monedas al señor antes de irnos, ya que, pese a que yo iba a estar en el vehículo y no necesitábamos de que lo cuidaran, yo tengo la costumbre de darle unas monedas a los que me ayudan a parquear o a salir.

Pasados unos minutos mi novia llegó y el auto de enfrente de había ido, me quedé mirando para ver si el señor aparecía, a lo que mi novia me dijo:
- ¿Por qué esperas si aquí no hay nadie que cuide los carros?


Quinta Anécdota

Me habían invitado al Huila, nos íbamos a quedar en la casa de unos primos de ella; la primera noche todo normal, la segunda noche a ella le da por que nos quedemos en la sala para ver una película.

En ese tiempo existían unos celulares a los que les oprimías una tecla y sonaban. Mi prima estaba con el celular enviando mensajes texto.

De un momento a otro escuche un "toctoctoc", yo creí que era de las teclas de ella que estaba enviando mensajes de texto. El sonido seguía pero me parecía que no era de las teclas del celular, entonces le pedí a mi prima que dejara el celular un momento para escuchar con mas atención, en eso el sonido volvía "toctoctoc", y mi prima y yo nos asustamos.

En eso le pedí a mi prima que si pasaba algo terrorífico que por favor no me dejara sola; de repente nos quitaron la sabana con la que estábamos tapadas y del susto mi prima iba a salir corriendo, pero para que no me dejara sola yo la tomé de la pierna. Encendimos la luz y vimos la sabana al otro lado del cuarto; las dos estábamos asustadas y no sabíamos que hacer; entonces pegamos un grito y salió una prima de ella; la prima de ella nos pregunto por los gritos y nosotras le dijimos lo que nos había pasado; ella no nos creía, pero para que no nos volvieran a asustar, ella, nos dijo que nos quedáramos en el cuarto con ella. Esa noche no pudimos dormir hasta que amaneció.

Al otro día mi prima y yo creíamos que había sido cosa nuestra así que decidimos quedarnos en el cuarto de nosotras, junto a este cuarto había un patio y en este patio había un baño.

A las dos de la mañana escuchamos que alguien estaba abriendo y cerrando las llaves del agua del baño. A mi prima y a mi nos pareció raro, así que nos asomamos por la ventana y nos llevamos la sorpresa de que la luz del baño estaba apagada pero seguían abriendo y cerrando la llave del agua; el resto de la noche veíamos sombras pasar por la ventana, así que no pudimos dormir otra vez.

Nadie nos creía hasta que, unos días después, llegó la mamá de los primos de mi prima; la señora, ya de edad, nos dijo que ella también había escuchado cosas pero que no les prestaba atención. Esa noche se perdieron unos canarios que estaban dentro de la casa, y eso fue extraño ya que en esa casa no habían gatos y el perro no podía alcanzarlos, además habría ladrado en caso de que alguien se metiera a la casa; también volvieron los ruidos de las llaves, pero esta vez los habían escuchado todos, así que comenzaron a creernos.