De inmediato volví a encender mi automóvil, pero unos golpes en la ventana de sacaron de mi concentración; se trataban de dos policías que me pedían bajar la ventana para hablar, así que la bajé, pero obviamente tenía prisa, así que mientras más rápido me deshiciera de ellos mejor
- Buenos días oficiales ¿en qué puedo ayudarles?
- Usted es el citadino que habló con Sneider ¿verdad?
- Sí, de hecho había recibido una llamada de él y…
- ¿Puede bajarse del vehículo? – dijeron los policías
interrumpiéndome
- Pero tengo un poco de prisa la verdad…
Uno de los policías sacó su arma de fuego y en forma de
amenaza me volvieron a pedir que me bajará, así que esta vez acepté a
regañadientes. Uno de los oficiales se me acercó y me revisó encontrando mi
revolver y me lo quitó mirándome esperando alguna respuesta.
- ¿Eso? Es por protección, la ciudad es un lugar peligroso
¿sabe? Y pues ya es costumbre el…
El otro oficial se acercó interrumpiéndome de nuevo.
- El oficial Tovar desapareció anoche y usted es sospechoso
señor.
Sneider había desaparecido, y yo era sospechoso, lo extraño
es que acababa de hablar con él, me había llamado sin tener mi número, claro
que mi preocupación era Elisa, claro que teniendo en cuenta estos eventos ¿era
una trampa para encerrarme y Elisa estaría bien? No, de todas formas no podía
dejar que me encerraran, mucho menos estando tan cerca de saber que estaba
pasando, Elisa era mi mayor pista, además tenia un mal presentimiento sobre
ella, como si le fuera a pasar algo malo.
Les pedí a los policías mi llamada, y después de hacerla
iría con ellos sin poner fuerza, los policías aceptaron, pero tendría que hacer
la llamada desde la estación y usando su teléfono, lo cual me parecía bien, ya
que a quien quería llamar era a Elisa, y como no tenía su teléfono necesitaría
usar el directorio.
Entramos en la estación de policía y yo fui directo al
teléfono mientras que uno de los policías me vigilaba. Tomé el directorio que
estaba junto al teléfono y comencé a buscar el apellido de Elisa.
Estaba llegando a los apellidos por P, cuando dos hombres
vestidos de negro se me acercaron.
- Disculpe ¿Puede usted venir con nosotros? – dijeron los
dos hombres, cada uno con más de dos metros de altura
- No puedo – les conteste sin soltar el teléfono – tengo
derecho a una llamada y…
- Usted no entiende señor – dijo uno de los hombres
interrumpiéndome – nosotros pagamos su fianza así que está en deuda, por eso le
pedimos que nos acompañe si es tan amable, ya que no queremos recurrir a la
fuerza.
Tras decir esto, uno de los hombres se movió el traje
dejando ver una pistola; solamente cerré los ojos un momento y acepté ir, no
sin antes pasar por mis cosas, las llaves del automóvil y mi pistola; al
guardar mi pistola la dejé ver por los sujetos, haciendo ver que estaba
dispuesto a luchar con ellos, pero como llevaban gafas oscuras no pude ver sus
expresiones. Una vez me entregaron mi billetera el oficial encargado de esta
labor miró a los dos hombres y, con un rostro de miedo me dijo en voz baja “Creo
que no lo volveremos a ver citadino”. Estas palabras me dejaron un poco
consternado ¿me iban a matar? ¿este policía sabía algo de lo que iba a pasarme?
Salimos de la estación; uno de los hombres se subió a una
camioneta negra y el otro me pidió las llaves de mi auto, no iba a permitirme
escapar, tampoco quería provocar una pelea en frente de la estación de policía.
Íbamos en camino cuando el tipo que iba conmigo sacó unas
esposas, me dijo que no quería ninguna intervención que lo obligara a usar la
fuerza, claro que yo tampoco quería usar la fuerza, aún sentía que Elisa estaba
en peligro, pero también que podía sacarle información, ya que no parecía un
tipo muy inteligente.
- ¿Ustedes fueron los que me acusaron? – El tipo soltó una
risa por esta pregunta.
- Obviamente, no sabemos donde estaba así dijimos que la desaparición
de ese policía era su culpa, entonces solamente tendríamos que ir por usted a
la estación de policía.
- Es decir que ustedes fueron los que llamaron ¿Cómo…
- Nada de escapa del “ojo” y el policía no podía negarse a cooperar
- A lo que me refiero es ¿cómo consiguieron mi número de
celular?
- Ya se lo dije, nada escapa del “ojo”
No creía poderle sacar más información, además ya me tenia
aburrido con su respuesta del “ojo” ¿será alguna secta? Y ¿el ojo será su líder?
Noté por la ventana que estábamos saliendo del pueblo.
- ¿El ojo se encuentra fuera del pueblo?
El tipo soltó otra risa, y me dijo:
- ¿Yo cuando dije que iba a llevarlo a donde el “ojo?
Continuara...