miércoles, 11 de noviembre de 2020

Los Visitantes

 


Mi padre había podido comprar, al fin, la casa de sus sueños, quedaba lejos de su trabajo pero no le importaba, mamá trabaja desde casa, así que ella era feliz con la nueva casa sin ningún inconveniente; mi hermana y yo éramos los únicos inconformes, ya que teníamos que cambiar de colegio, además de que nos tocaba caminar un poco lejos para tomar el transporte para llegar; pero papá trató de convencernos pidiéndonos que nos pusiéramos en sus zapatos, el tenia que manejar dos horas para llegar al trabajo, pero que el solamente quería tener una casa tan grande como lo era esta y con un patio gigante, además tendríamos nuestras propias habitaciones a diferencia de nuestra antigua residencia, en la que teníamos que compartir un cuarto.

No pusimos más líos ya que de verdad la casa es hermosa y grande, sumado a que tener nuestros propios cuartos era algo increíble.

La primera semana estuvo bien la casa, fue después de esa semana que las cosas empezaron a ser extrañas. Primero todas nuestras cosas desaparecían y aparecían en otros lugares de donde las habíamos dejado, después se empezaron a escuchar voces en especial por la noche y finalmente las puertas comenzaron a cerrarse de golpe en lugares en los que no estábamos presentes.

Esto comenzó a intranquilizar a mi mamá, que era la que más tiempo pasaba en la casa, ella nos decía que cuando estaba trabajando en su oficina comenzaba a escuchar susurros que le decían "¿usted sigue acá?" o "¿Por qué no se fue con ellos?" o también "¿No le da pena?" y cosas así.

Papá le decía que debían de ser suposiciones o incluso ruidos de afuera, claro que mamá no le hacía caso y le decía que era imposible que fueran ruidos de afuera ya que casi nadie pasa por esta parte además del cartero.

Los días siguieron así hasta que las cosas se pusieron más tensas en casa, papá y mamá peleaban mucho, cosa que no hacían antes; mi hermana y yo comenzamos a distanciarnos y a veces también peleábamos.

Un día un chico del colegio me preguntó donde vivía y al decirle el lugar el chico me mencionó una historia de asesinatos sucedidos en esa casa y que se creía embrujada. Yo no quise creerle, posiblemente era para fastidiarme así que le grite y lo trate mal, algo que nunca había hecho antes, me sentía diferente.

Fui suspendida por ese percance pero de todas maneras me quedó sonando lo que me dijo ese chico, así que fui a investigar en mi computadora y efectivamente, habían sucedido varios asesinatos y desapariciones, todas en los últimos sesenta años; lo más extraño es que las primeras desapariciones estaban relacionadas a la primera familia que vivía en esta casa; una pareja con tres hijos habían desaparecido dejando todas las puertas cerradas por dentro, es decir, que solamente podrían abrirse desde adentro de la casa y de los respectivos cuartos.

Le mostré el articulo a mi mamá y ella quedó en shock al ver la foto de la familia y, con lagrimas en los ojos, me dijo que ella ha estado soñando con esa familia, he incluso a veces veía algún miembro de esta familia con el rabillo del ojo.

Al llegar la noche nos reunimos todos y, junto a mi madre, les comentamos a mi hermana y a mi papá lo que habíamos encontrado; mi hermana se quedó callada y pálida, y mi papá no quería creerlo, pero dijo que eso explicaría el bajo precio de la casa. Resulta que los asesinatos siempre eran cometidos por un miembro de la familia nueva que llegaba, ya sea el padre, la madre o algún otro miembro. Normalmente era por el que se la pasará más tiempo en casa, obviamente nosotros ya habíamos notado el cambió agresivo de mamá, así que ella sería la que nos habría asesinado. 

Papá fue a abrazar a mamá y mi hermana también, mi mamá quebró en llanto, ella no quería que pasara algo así, estaba orgullosa de su familia y quería cuidarnos a todos. De repente las puertas comenzaron a golpear más fuerte de lo que acostumbraban, he incluso las del cuarto de estar en el que estábamos; comenzaron a escucharse gritos desesperados y la palabra "váyanse" una y otra vez.

Papá tomó a mi mamá de la mano y nos pidió a mi hermana y a mí que lo acompañáramos; salimos de la casa y gritos y las puertas se detuvieron; todas las luces de la casa se apagaron al tiempo seguido de un sonido del seguro de la puerta. Miré por la ventana de la sala y me pareció ver a una mujer mirándonos con odio; mi papá trató de abrir la puerta pero era imposible, estaba cerrada por dentro.

Esa noche dormimos en un motel que estaba por la carretera al pueblo más cercano, era un lugar asqueroso pero tengo que admitir que fue la primera noche que pude pasar tranquila durmiendo desde que nos mudamos a esa casa.

Al día siguiente, mientras mi padre se comunicaba con la inmobiliaria y mamá con la abuela para que nos diera posada unos días; mi hermana y yo averiguamos más sobre esa casa y la familia que la habitaba hace sesenta años. Resulta que esa familia comenzó a tener problemas económicos y el banco iba a quitarles la casa, ellos decidieron encerrarse dentro de la casa para que no pudieran sacarlos, pero cuando el banco y la policía había logrado ingresar, los miembros de la familia habían desaparecido; como no había ningún otro miembro de esa familia, es decir, solamente eran ellos, nadie se preocupo por buscarlos y el banco puso a la venta la casa.

Creo que ellos jamás se fueron de la casa, y siguen siendo los dueños de esta, es decir que nosotros éramos los visitantes.