Me encontraba en shock, todos estaban mirando en la dirección
en la que estaba mirando Cero, y quien estaba ahí era nada más y nada menos que
yo. Sentía que tenía que hacer algo, algo para que no terminara rodeado por un montón
de personas, personas que buscarían acabar con mi vida; pero el tiempo pasaba y
no ocurría nada, solamente estaban mirándome todos.
- No tenemos toda la noche detective – decía Cero con un
tono de satisfacción – acérquese por favor, estoy seguro que siempre había
querido conocerme.
La verdad sí, quería conocerlo, pero no en estas circunstancias,
rodeado por un montón de locos que podrían tratar de hacerme daño, pero no
tenia más opción, en el peor de los casos podría acabarlo de un disparo en la
frente y puede que toda esta locura termine.
Salí de mi butaca y comencé a acercarme a la tarima, todos
en ese lugar me seguían con la mirada, como si fuera una sorpresa el verme
allí, algunos susurraban cosas y otros sonreían victoriosos.
Subí y estaba tan cerca de Cero que podría agarrarlo del
cuello, pero no podía hacer eso, era muy extraño que no había nadie protegiéndolo,
alguien que estuviera entre el y yo, no, solamente el frente a mí; miré a los
alrededores buscando más personas, pero nada, no había nadie.
- No hay nadie más detective, solamente usted y yo, claro
que si espera matarme le diré que no podrá conmigo – Cero dejó ver una macabra
sonrisa – créame que después de hoy también me encargaré de su “amiguito” que lo
trajo a este pueblo para… para… no sé para qué ¿podría instruirme detective?
Lo miraba con rabia, este tipo se sentía que había ganado,
incluso creo que sabía que Howard me había ayudado antes… no, no puede ser,
pueden ser sus juegos mentales para que suelte toda la información al respecto,
debe ser un truco como el que uso número 1.
- No caeré en sus trucos baratos – le dije frunciendo el ceño.
- Obvio, como iba a esperar que delataras a Howard Walterson
¿verdad detective? De igual manera usted debe de estar aquí por Alisa ¿verdad? La
hermana de Elisa ¿Qué tanto sabe sobre Elisa?
Este tipo sabía todo, además entre más pasaba el tiempo más
nervioso me ponía, tenia cada vez más ganas de sacar mi pistola, dispararle e
irme.
- No sé mucho sobre Elisa, pero…
- ¡No sabe mucho! – dijo Cero interrumpiéndome y mirando hacia
los otros miembros del culto, incluso dio una vuelta como si se mofara de mi –
Esa chica lo debe de haber enamorado detective, y la verdad no me extraña,
joven, hermosa, vulnerable esperando a que su caballero en armadura brillante
la rescate de sus enemigos imaginarios ¿verdad detective?
Me tenía sin palabras, como si esto fuera un juego para el
- La verdad detective, es que ella jamás se preocupo por su
hermana, por eso fue fácil que entrara a nuestras filas, ella era miembro de
nuestra secta, como usted la llama – me dio la espalda y comenzó a alejarse de
mi a paso lento – pero ella jamás le dijo que estaba dispuesta a ofrecer a los
que se hospedaran en su hotel como tributo a nuestro Dios con tal de que no lastimáramos
a su hermana ¿o sí? Le dijo acaso que usted iba a ser una de las víctimas, pero
logró salvarse de el enviado de nuestro dios para traerlo a la granja ¿o sí? –
volteo a mirarme con una mirada irónica mientras que de la oscuridad llegaban
dos tipos empujando una caja extremadamente grande cubierta por una cortina – Ahora
detective, le presento a la razón por la que usted será nuestro próximo tributo.
Los dos tipos se apartaron dejando de nuevo a Cero y a mi en
la tarima, también habían dejado la caja que venían empujando.
Cero tomó la cortina y de un solo jalón la retiró, dejando
ver lo que había; se trataba de una extraña criatura con forma de mujer, tenia
alas negras de murciélago que le salían de la espalda, sus patas imitaban a las
patas traseras de un lobo, sus manos parecían normales, pero con uñas largas
que incluso parecían filosas, su piel blanca y cabello largo y negro
completaban lo que alcanzaba a ver de esta cosa.
Al hacer esto todos en el lugar comenzaron a aplaudir, la
criatura estaba en posición fetal y no se movía pese al alboroto.
- Alisa – decía Cero mientras metía una mano entre las rejas
para apartar el cabello de la criatura – puedes por favor levantar la vista,
este hombre vino en nombre de tu hermana a salvarte.
La criatura levantó la vista y fue cuando quede sorprendido,
pese a los ojos oscuros con iris de color negro podía notar el parentesco con
Elisa. Eso, sea lo que sea, es Alisa.
Continuara...