¿Su hija? Me tomo un poco por sorpresa lo que me dijo, claro
que no recuerdo a alguna chica con el apellido Walterson entre los archivos de los
desaparecidos, archivos que no podría revisar otra vez ya que con lo sucedido
la noche pasada los extravíe en alguna parte.
- Pero si usted es parte del culto ¿Cómo es que no sabe nada
de ella?
- Estoy seguro que el culto tiene algo que ver con la desaparición
de mi hija, como se dio cuenta detective, ellos usan personas para un sacrificio,
esto con la intención de que la prosperidad se mantenga en el pueblo, lo digo
porque estamos bajo el contrato de un demonio, Esto me tiene preocupado, ya que
numero uno se había desesperado por querer conseguir más poder y por eso
comenzó con sacrificios cada nada de tiempo, estos tenían que hacerse cada luna
llena, ya que la oscuridad no puede vivir sin luz, pero ahora ese tipo quería
más y más, ya no pensaba solamente en el pueblo, si no en su propio beneficio; chantajeó
a los que nos oponíamos a él, ya que a mi me parecía absurdo lo que estaba
haciendo y lo amenacé con retirarle el dinero, pero, como ya sabe, estoy de
manos atadas hasta que mi hija aparezca.
Me levanté de la silla, me acabé el whisky y dejé el vaso en
el escritorio.
- ¿O sea que usted me contrato para ayudarlo en un problema
enfermo por parte de una secta de la que ya se cansó? ¿acaso se sintió
intimidado de que un don nadie como número uno tuviera más poder que usted?
Mi mirada hacia Howard era de asco, repudio total, este viejo
rico era igual que numero uno, busca el beneficio propio sin importar los
demás, solo quiere a su hija y, probablemente, largarse del pueblo una vez la
tenga de vuelta.
- Sé que parece que es algo así detective, y en parte tiene
razón, los sacrificios no me parecían un problema hasta que fue mi hija la que
desapareció, ella es mi mundo y estoy seguro que ella estaría dispuesta a
ayudar con todo en el pueblo para que sea un lugar mejor – Las lágrimas
comenzaron a salir de los ojos de los ojos de Howard.
- ¿Por qué su hija no estaba en los archivos? No recuerdo a
nadie con el apellido Walterson
Howard se limpió las lágrimas.
- No podía reportarla como desaparecida, si el Ojo, no, si
el pueblo se enteraba que el mayor inversionista del lugar había permitido que
su hija desapareciera alertarían a autoridades más grandes, es decir, llegarían
incluso la interpol para ayudar con la búsqueda, lo cual pondría al pueblo en
el ojo público, cosa que no queremos, mucho menos el Ojo.
- La verdad me parece demasiado turbio lo que sucede en este
pueblo, por eso creo que me iré y lo que sea que pase ya será problema de
ustedes
- La hermana de la chica que traje con usted, ella aún está
viva
Esas palabras llamaron mi atención, este tipo debe de saber más
cosas al respecto del Ojo, y además podría salvar a la hermana de Elisa, claro
que también podía ser una mentira para hacer que no abandone el caso.
- ¿Cómo esta tan seguro de eso?
- Hay un lugar en las afueras del pueblo, los del Ojo lo
llamamos “La Granja”; en este lugar llevamos a los más aptos para los
sacrificios, estas personas son preparadas con ciertos rituales para que durante
la luna llena sean mejor recibidos por el demonio al que los ofrecemos – Lo que
faltaba, estos enfermos secuestran personas para prepararlas como ganado al
matadero, y tras del hecho me lo cuenta como si nada – Le daré la ubicación,
puede ir a ver por usted mismo y sacar a algunos de los desaparecidos, claro
que yo sé que mi hija no está allí, sería muy obvio, el único que lo sabe es número
uno – Howard se quedó pensativo – Claro que el murió cuando el demonio se
molestó con él, pero el lugar donde es la granja también es la residencia de número
uno, y ahora que esta toda esta conmoción puede ir y revisar, lo digo porque no
debe de haber mucha seguridad, eso sí, seguirán habiendo más miembros del Ojo.
Suspiré con lo ojos cerrados meditando de forma rápida que
hacer, este tipo me estaba utilizando y hasta sentí que quería que acabara con
el culto.
- Lo haré con tres condiciones – Howard mantuvo su rostro
serio mirándome a los ojos, ojos que expresaban alegría porque seguiría en el
caso – primero quiero que la paga se mantenga, en caso de que necesite más no
espero ningún “pero”. Segundo, necesito un arma, un transporte y un celular, no
quiero inconvenientes con los del Ojo, pero sé que podrá haber, pero con estas
cosas podré combatirlos un poco. Tercero, Elisa se queda aquí y espero que la
proteja, volveré por ella cuando todo esto termine.
Howard sonrío, sacó su celular y envío un mensaje, unos
segundos después entró Francis, haciendo unos gestos para que lo siguiera.
- Gracias por su ayuda detective – decía Howard mientras salía
de su oficina.
Continuara...