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jueves, 24 de diciembre de 2020

Tres Cuentos Terroríficos de Navidad


 

Primer Cuento

Estábamos mis padres y mi hermanita frente a la chimenea en noche buena, cenamos mucho y estábamos cantando villancicos. Cerca a las diez de la noche le pedí a mi papá que apagara el fuego, porque o si no Santa Claus no podría entrar y se quemaría; mi padre accedió siguiéndome el juego a mi y a mi hermanita, así que apagó la chimenea y nos quedamos un poco más.

Ya para las once de la noche mi padre nos dijo que nos fuéramos a dormir, ya que Santa no llegaría si los niños pequeños están despiertos; mi hermana y yo nos levantamos para ir a la cama y esperar lo que nos traería Santa Claus esta vez.

estábamos por salir de la sala cuando mi hermana señaló a la chimenea gritando "ahí viene, ahí viene" y un poco de ceniza caía como si algo estuviera bajando; mi hermana corrió hacía la chimenea y yo iba a correr junto a ella pero mi madre reacciono jalándome del brazo, y mi padre gritaba a mi hermana para que viniera con nosotros, pero ella no hizo casó. Lo siguiente que vi fue a mi hermanita mirándonos sonriendo y saltando cuando un brazo largo, huesudo y peludo la tomó del cuello y la arrastró dentro de la chimenea.

Desde entonces cada navidad espero que lo que sea que se llevó a mi hermanita vuelva, para cobrar venganza, siempre con la chimenea apagada esperando que esa cosa vuelva.


Segundo Cuento

Para unos es una de las fechas más felices del año, pero para mis compañeros no lo es mucho.

Había llegado la navidad sin noticias de tener trabajo, así que pensamos que si las cosas seguían así entonces podríamos tomarnos el día y celebrar entre nosotros, pero no había llegado la noche buena cuando recibimos un llamado:
"Una familia entera asesinada y el único sobreviviente era un pequeño niño que además estaba en estado de shock"

Nos alistamos para ir a hacer el levantamiento de cadáveres y al llegar la escena no mejoraba, era demasiado sangrienta, al padre le habían hecho una cortadura en los ojos y había recibido tres puñaladas en la espalda; a la madre le habían cortado ambas manos y además la habían degollado; a la abuela te habían cortado los labios y la lengua, además de dejarla clavada a la silla de ruedas con unos cuchillos que parecía que el asesino extrajo de la cocina de las victimas; el abuelo era el peor de todos, habían repartido sus pedazos en diferentes partes de la casa.

No habían más victimas, pero tras ver eso me pareció mucha suerte que el niño estuviera vivo.

Era tarde y uno de los policías nos pidió a mi y a dos compañeros que cuidáramos del niño, ya que servicios infantiles no vendrían aún, mis compañeros y yo accedimos, ya que de todas maneras íbamos a tener una pequeña celebración, y supuse que después de lo que pasó esta noche era lo mejor que le podría pasar al pequeño.

Nos subimos a la camioneta, yo iba atrás con el pequeño que solamente miraba por la ventana, adelante iban mis dos compañeros tratando de hacer que el niño dejara de pensar en lo que sea que había sucedido esta noche.

Tras unos minutos el niño comenzó a tararear un villancico, y como yo lo conocía comencé a cantar con el pequeño, claro que seguía mirando por la ventana, pero igual sentí que lo estaba acompañando. En eso suena el celular de uno de mis compañeros, nos dijo que era el numero del oficial de policía, contesto y comenzó a hacer muecas extrañas mientras miraba al niño. En eso dijo "¿Qué quiere decir con que en esa familia no había ningún niño?". Tras escuchar esto el niño dejó salir una risa escalofriante y dijo "Ellos se lo merecían"


Tercer Cuento

No entiendo porque estas fechas son tan importantes para los humanos, aparentando una felicidad fingida, haciendo parecer que sus problemas desaparecieron, esperando a un tipo vestido de rojo que les traiga regalos mientras decoran con luces, listones y demás cosas sin sentido.

Para mi es solamente una fecha más de trabajo, trabajo duro además, ya que muchos humanos mueren en esta época, accidentes de transito por culpa de algún demente, quemaduras por culpa de unos fuegos artificiales, algún asesinato por parte de algún ser cercano por cualquier ridiculez y mi favorita, la gente que se suicida quedando sola ¿Por qué es mi favorita? bueno, me parece ridículo esas personas que creen encontrar en mi una salida y siempre me preguntan ¿Hice lo correcto? yo me río y les respondo:
Si no tienes el valor ni la fuerza para enfrentar los problemas de la vida ¿Por qué crees que yo tendría respuestas?

Me hace mucha gracia...

martes, 15 de diciembre de 2020

Cinco Historias Cortas De Terror V


 

Primera Historia

Vivo con mi familia en los suburbios, demasiado apartados de la ciudad, así que lo que pase allá no nos afecta mucho, en especial la noticia de un asesino serial coyas victimas se distinguen porque aparecen sin la mano derecha. Obviamente nos importaba como avanzaba esta noticia, pero eso aumento cuando a unas cuantas casas apareció un vecino muerto sin la mano derecha; reinó el caos en nuestra cuadra, así que mi esposa y mis dos hijos comenzamos a asegurar toda la casa para que no entrara el asesino, esto lo hacía con un poco de ironía, ya que ellos no saben que se están encerrando con el asesino.


Segunda Historia

Siempre estoy pendiente de los niños de la escuela en la que trabajo, y no, no soy un profesor, soy simplemente un conserje, me encargo de limpiar y reparar todo en esta escuela, pero eso no quiere decir que no pueda estar pendiente de los niños, como juegan, como corren, como se aleja uno quedando completamente solo, esos en especial me encantan, porque son tan vulnerables y fáciles de manipular; me les acerco y los convenzo de ir al sótano, después de eso ese niño no s volverá a ver, así que después de eso tengo volver a salir a ver a los niños para encontrar a otra victima.


Tercera Historia

Me levanto dos minutos antes de que suene la alarma, voy a mi trabajo de oficina, socializo con mis colegas, comparto con ellos en la hora del almuerzo, vuelvo a mi cubículo hasta que termina mi hora laboral, compro algo de comida instantánea antes de llegar a mi apartamento, veo un poco de televisión hasta que dan las 10pm, entonces me acuesto y reviso las redes sociales hasta que me duermo. Esa es mi rutina de lunes a jueves, ya que siempre espero ansioso al viernes, ahí mi rutina cambia, ya que de camino a casa alquilo un auto con unos papeles falsos, haciéndome pasar por turista, después viajo unas horas a alguna ciudad vecina, o algún pueblo cercano, en ese lugar le pago a una prostituta, la llevo a un lugar apartado, en donde la asesino ahogándola, cuando ya esta muerta tengo relaciones con el cuerpo mientras aún esta caliente, voy a una cabaña apartada de todo, en donde la parto en pedazos los cuales esparzo de camino a otro lugar, nunca de camino a casa; llego a el bar de un amigo a eso de las 2am, el tipo esta viejo y siempre me dice que tengo que hacer algo más que pasar todas las noches hasta altas horas de la madrugada ahí encerrado; yo siempre, aparentando una voz medio ebrio como si hubiera tomado toda la noche, le respondo "no podrías con mi rutina".


Cuarta Historia

Jamás creí que terminaría aquí encerrada, la verdad al principio fue complicado, pero me he ido acostumbrando, la gente es sociable, tengo atenciones y me cuidan mucho, hasta hace poco me la pasaba encerrada en mi cuarto, pero ya me decidí a salir... bueno, mejor dicho, ya me dejaron salir, es que alguien que es catalogada de interna peligrosa en el manicomio no puede estar con los otros internos hasta que demuestre que ya puede convivir con los demás internos después de matar a su esposo e hijos porque una voz se lo dijo, no puede estar con los demás internos... espero no volver a escuchar esas voces.


Quinta Historia

Tengo que decir que fue un accidente, que fue involuntario, que salió de la nada mientras manejaba mi camioneta y no lo vi, si, pese a que la cabeza del que atropellé sintió mis neumáticos dos veces destruyéndole el cráneo, sí, fue un accidente, lo hice sin querer, además no hui, no, me quede a esperar a las autoridades, autoridades que al escuchar mi nombre se pudo ver el miedo en sus ojos y me dejaron ir, sí, esas autoridades, pero de todas formas fue un accidente, siempre es un accidente, como las otra siete veces, fue solamente "un accidente"

domingo, 13 de diciembre de 2020

Los Desaparecidos (Parte 6)


 

Nunca había manejado tan rápido en mi vida, ni siquiera cuando era policía, claro que cuando lo era… no, tengo que concentrarme, Elisa podía estar en peligro; una presión en mi pecho me llenaba, como si hubiera pasado lo peor, tan fuerte era que cada vez que pensaba en algo se me venía a la cabeza alguna desgracia contra Elisa, pero era ella la que me importaba en este momento.

Llegué al pueblo, ya se estaba ocultando el sol y por alguna razón sentí ganas de bajar la velocidad; estaba vacío, como el día que llegué, pero a diferencia de ese día, esta vez tenía la extraña sensación de que me estaban espiando; de vez en cuando miraba a mi alrededor y me parecía ver que las cortinas se movían, como si alguien estuviera viendo, pero se ocultara rápidamente.

Al llegar al hotel el sol ya se había ocultado y las luces del lugar, por lo menos las del frente, estaban apagadas. Me bajé rápidamente del automóvil, la puerta estaba abierta, claro que siempre estaba así, para que vieran que el hotel estaba abierto. Al llegar a recepción todo estaba oscuro; saqué la linterna del celular y comencé a revisar las paredes en busca del interruptor de la luz, en eso noto varios papeles en el suelo, como si alguien hubiera estado buscando algo, el rastro de papeles iba a lo largo hasta el pasillo ¿será que están en mi habitación?

Iba de camino a investigar cuando noté la puerta del cuarto de Elisa entre abierta, suponiendo lo peor saque una de las pistolas que tenía, jamás había estado tan armado aún que una la había dejado en la camioneta; y me fui acercando a la puerta de Elisa, la abrí despacio tratando de ver si había alguien, pero no, estaba vacía, pero con señales de una pelea, y obviamente sin Elisa; había llegado tarde.

No tenía tiempo para llorar, algo había pasado en mi habitación y los papeles venían de allá, fui despacio esperando cualquier emboscada de alguno de los cuartos cercanos al mío, al final del pacillo pasando por todas las habitaciones, podían tenderme cualquier tipo de trampa, pero estaba dispuesto a matar, dispuesto a matar a los que se llevaron a Elisa. De repente mi visión se nubló un poco ¿lagrimas? ¿en este momento? No, no eran lágrimas, respiré un poco notando el olor a gas ¡Los papeles! Los señalé con mi linterna rápidamente, estaban en blanco, mi cabeza estaba llena de cosas que no pude notar algo como eso, querían que llegara a la habitación del fondo, la más lejana de la única salida.

Tenía que pensar rápido, no alcanzaría a salir, e incluso con lo cerca que esta la recepción a la cocina moriría al instante… Mi habitación, había una ventana, tenía que ir rápido y salir por ahí.

Guardé el revolver y saqué mi llave, en ese momento escuché unos pasos en la entrada, abrí la puerta rápidamente, tomé la carpeta cuando una voz familiar gritó:

- ¡Hasta aquí llego detective!

Era la voz del celular seguido a esto el sonido de un arma cargando y un disparo que alcanzó a penetrar la puerta rozando mi brazo izquierdo, pero después de esto una inmensa explosión.

Un sabor a oxido y un aroma a cenizas me despertaba; mi vista estaba nublada, trataba de reconocer algo a mi alrededor; sobé un poco mi cabeza y sentí un dolor junto a una sensación de humedad ¿sangre? En eso mi vista estaba volviendo, estaba totalmente oscuro, me encontraba en un callejón. Miré un poco a mi alrededor y vi la ventana rota por la que salía un humo negro, había alcanzado a saltar y sobrevivir a el intento de matarme por parte de esa secta.

Mientras recobraba la conciencia más y más, notaba un dolor en mi brazo izquierdo, un dolor en mi cabeza y algunos en mis manos, el ultimo siendo cortadas que me abre propinado al tratar de levantarme entre los vidrios rotos.

Noté que la carpeta con los archivos estaba esparcida por el callejón, pero parecía que había alcanzado a salvarlos.

Me levanté y llegué hasta el final del callejón, nunca había visto este pueblo a tan altas horas de la noche ¿Qué hora era?

Saqué mi celular para mirar la hora, estaba un poco magullado, pero aún funcionaba; Eran las 3:33 am, o sea que había pasado tanto tiempo ¿Elisa estará bien?

Me fui en camino al frente del hotel esperando encontrar la camioneta, de la cual aún tenia las llaves; el pueblo estaba tétricamente vacío, pero no se sentía como siempre, esta vez se sentía como si realmente nadie hubiera vivido jamás acá, como si toda la gente que conocí y de más hubieran sido parte de un horrible sueño.

De repente escuché unas patas detrás de mí seguidas de un gruñido; me voltee lentamente para ver que era y lo que vi era muy similar a la creatura de la noche pasada, pero ahora, con la poca luz, podía verla un poco mejor: los ojos amarillos, una forma como de lobo color negro, garras largas en las cuatro, colmillos amarillentos que parecían afilados y finalmente, partes del cuerpo de las cuales se les veía una piel roja y palpitante como si de alguna enfermedad sangrienta se tratase.

Esta vez pude ver esa apariencia terrorífica de esta criatura y pudo provocarme un poco más de miedo, pero ahora tenía una pistola; revisé mi cinto y saque una de las pistolas con mi mano derecha, estaba dispuesto a dispararle cuando escucho más patas, pero a mi derecha, miré al otro lado de la calle y se encontraba otra creatura como la que tenía en frente, levanté un poco la vista y en el techo de una casa se encontraban dos más de estas cosas. En ese momento sentí que no podía quedarme a disparar y tenía que tratar de llegar a la camioneta.

Mi mano derecha comenzó a temblar ¿y si no soy suficiente mente rápido? ¿Y si no está la camioneta? ¿Cuántas balas me quedan? No, tengo que reaccionar, tengo que sobrevivir, tengo que… tengo que… ¡Tengo que encontrar a Elisa!


Continuara...

domingo, 29 de noviembre de 2020

Los Desaparecidos (parte 5)


 

Mi corazón se comenzó a acelerar, este tipo, o bueno, estos tipos iban a matarme, pero no iba a permitir que terminaran con mi vida, tenía que salvar a Elisa.

Me encontraba esposado, sí, pero no derrotado, ya que el esposarse las manos, como yo lo hice, me las dejaba para poder pelear, es decir, las tenía en frente, no atrás que dificultaría una pelea.

Tenía que pensar mis posibilidades, así que me quedé mirando al sujeto… no tenía puesto el cinturón de seguridad, bueno, es normal en estos pueblitos, ya que no hay una medida para controlar es tipo de cosas; yo si lo tenía puesto, ya que en la ciudad pueden ponerte multas por no usarlo seas pasajero o conductor.

- Tuvo que ponerse el cinturón de seguridad.

El tipo me miró y, creo, fue la primera vez que mi miedo en sus ojos al observarme pese a que tuviera las gafas oscuras. Retiro una mano para buscar el cinturón de seguridad y, rápidamente, tomé el volante y lo giré hacía mí provocando que el automóvil se saliera de la vía y chocara contra un árbol a la orilla del camino.

Había quedado aturdido, pero tenía que reaccionar, ya que el otro tipo no tardará en verificar que sucedió. Mi vista estaba borrosa y mi cabeza daba vueltas, pero por el cinturón de seguridad me mantuve a salvo, no como el otro tipo, cuya cabeza había traspasado el parabrisas; ahora o nunca tenía que hacer algo, pero había escuchado un motor de camioneta, debía de ser el compañero de este tipo.

Me desabroché el cinturón de seguridad y comencé a requisar al que supongo era el cadáver de mi capturador ¿Qué tenia que buscar antes? ¿las llaves? No, podría desabrochar las esposas, pero si el otro sujeto llegaba me arremetería con su pistola… eso es, la pistola y fue fácil de encontrar, ahí estaba mi confiable Smith & Wesson .38, la tomé y la oculte entre mis piernas aparentando estar inconsciente, era lo mejor para que cuando el tipo se acercará asestarle un disparo certero y no fallar, teniendo en cuenta mi cabeza dando vueltas.

El otro sujetó se acercó, pero solamente podía escucharlo, ya que tenía mis ojos cerrados. Puede escucharle decir “pero que mierda sucedió” y sus pasos acercándose a su compañero muerto, después un sonido de celular y el hablando con alguien, al cual le dijo:

- Hubo un inconveniente… un choqué y parece que numero 36 está muerto… no, no he revisado al citadino… sí, ya lo reviso señor.

Escuché como forzó la puerta del pasajero para poder abrirla, y apenas sentí sus manos en mi cuello para revisar mi pulso, abrí mis ojos y le disparé dos veces, una dio en el pecho y el otro en el cuello, provocando que se le saliera un chorro de sangre, seguido se quedó mirándome, ya que se le habían caído las gafas oscuras, y puede ver como la vida se le escapaba.

Mi respiración se había acelerado, hacía mucho que no tenía que usar mi pistola para algo así. Cuando hubo un poco de silencio escuché un débil, pero entendible “¿hola?”; busqué de dónde venía y vi el celular en el suelo, tenía la pantalla un poco rota, pero aún funcionaba. Lo tomé y me lo acerqué al oído.

- ¿Hola? ¿hola? Numero 27 ¿qué fue ese ruido?

- Ese ruido – contesté con la respiración acelerada – fui yo, matando a el otro de sus matones antes de que se encargaran de mí.

- El citadino, no tiene ni idea en lo que se esta metiendo, y es mejor que se vaya y…

- ¿y qué? ¿Qué no comente nada de lo que me pasó acá? Están ocultando muchas cosas e incluso trataron de matarme ¿y ahora me pide que me vaya y dejé las cosas así?

Se escuchó una risa al otro lado del celular, parece que sí iban a matarme, no sé que habría pasado si me hubiera ido, parecería muerto unos días después, claro que en la ciudad si tratarían de saber que me pasó, o eso creo yo, ya que con pocos amigos y sin familia que me llore sería otro cuerpo más en los obituarios del periódico del domingo.

- Tiene razón detective, queríamos matarlo por estar metiendo las narices en nuestros asuntos, y sí, si se iba a la ciudad también trataríamos de matarlo para que no contara nada de este pueblo, realmente fue una sorpresa el que llegara aquí a buscar a los desaparecidos, la cosa es que el ojo todo lo ve y más temprano que tarde lo volveremos a encontrar.

La llamada terminó ahí ahora lo que yo quería era ir por Elisa, no tenía tiempo para enlazar las preguntas en mi cabeza.

Volví a requisar a el tipo del auto, numero 36 creo que le dijeron; tomé su pistola, las llaves y mi celular; después fui con el otro sujeto, de el también tomé la pistola, pero también tomé las llaves de la camioneta y me guardé su celular.

Me subí a la camioneta y arranqué de vuelta al pueblo.

Saqué mi celular y llamé a mi amigo en la policía, el contesto asustado y preocupado por mí, ya que ayer alguien había preguntado por mí diciendo que “algo malo” me había ocurrido en el camino al pueblo. Me molesté porque no se le había ocurrido llamarme, pero se me pasó un poco el enojó ya que necesitaba un favor de él, necesitaba que revisara un número de teléfono y me enviara lo más pronto posible todos los datos y registros de llamadas que se hicieron con él; no sé si fue la culpa, pero se puso a trabajar rápidamente en eso y me prometió tenerme los resultados en horas de la tarde.

Colgué sin más, no le iba a dar las gracias ya que en vez de buscarme le entregó todos mis datos de contacto a un extraño, que buenos amigos tengo.


Continuara...

martes, 24 de noviembre de 2020

Pensamientos Oscuros

 


Otra noche que escucho las peleas de mis vecinos...

Vivo en una torre de apartamentos, dos por cada piso; al mudarme conocí a una chica muy hermosa. Me dio la bienvenida a la torre y, como los apartamentos quedaban cerca, me pidió no ser ruidoso con las fiestas, por lo menos no sin invitarla antes.

Había sentido cierta química entre nosotros, pero ella estaba casada, un tipo de apariencia agresiva y tampoco muy agraciado físicamente, pero el día que lo conocí me pareció alguien agradable; me invitó unas cervezas y, junto a la vecina, bebíamos.

Todo parecía bien, hasta que un día escuché como se cerraba la puerta de los vecinos de golpe, tan fuerte que hasta me asustó. Me asomé abriendo un poco la puerta y vi a mi vecina, abrí la puerta y me disponía a preguntarle que había pasado, pero al darse la vuelta noté que tenía un ojo morado; de inmediato, ella, me dio la espalda y volvió a su apartamento sin darme la oportunidad de preguntarle.

Al día siguiente escuché una riña, en la que parecía que rompían cosas e incluso que golpeaban una almohada, unos minutos después llegó la policía, esta vez miré con la puerta entre abierta y vi como sacaban a mi vecina en una camilla y a su esposo esposado.

Pasó una semana después de ese incidente cuando pude ver a mi vecina; le había preguntado sobre lo sucedido; me dijo si podíamos hablar de eso adentro de mi apartamento, no puse problema y la invité a pasar, le ofrecí algo de beber y ella me dijo si no tenia cerveza, por suerte siempre tengo mi nevera con cerveza, así que traje un par para poder hablar.

Me contó que el tipo con el que se había casado la trataba mal, que llegaba borracho todos los fines de semana, que no le ayudaba en casa y que siempre que tenía oportunidad la trataba de puta. No entendía porque no lo dejaba y se alejaba de un hombre así, pero después de preguntarle eso ella comenzó a excusarlo, como si la actitud que tenia con ella fuera su culpa y no de ese hombre. Le pregunté sobre lo de la semana pasada, que ¿Dónde estaba su esposo? y ella me contestó que había ido a un viaje de negocios y que volvía dentro de una semana.

Terminamos las cervezas y ella se fue, me dio un beso en la mejilla y me agradeció el haberla escuchado.

Al día siguiente ella paso a invitarme a su apartamento a cenar, yo acepté encantado, ya que quería volver a verla y además era una razón para no tener que cocinar por la noche.

Comimos y ella estaba feliz, no mencionamos a su esposo, no, hablamos de lo que ella estaba haciendo, de sus estudios, su trabajo, e incluso encontramos algo en común en ver películas, así que comenzamos a hablar de las que más nos gustaban de diferentes géneros.

Le dije que deberíamos ver una película juntos algún día, ella me dijo que no era necesario esperar a otro día, que había un televisor en la recamara y que podíamos ver una película ahí. No sabía que pensar, sin darme cuenta había aceptado ver la película, la cual ni recuerdo, estaba concentrado, o más bien distraído, con su aroma y con algunos pensamientos lascivos de ella conmigo.

Logré controlarme hasta el final de la película, pero apenas terminó traté de salir corriendo del lugar, pero ella me tomó de la mano así que no puede reaccionar y me dijo "ojalá nos hubiéramos conocido antes", me dio un beso y después nos quedamos mirando a los ojos un largo rato, por lo menos hasta que me pidió que me fuera a mi apartamento y que lo nuestro no podía ser; y me fui sin decir palabra.

Unos días después había vuelto el esposo de la vecina, el cual llegó a tocar el timbre de mi puerta, yo estaba asustado ¿Será que la vecina le dijo lo del beso? no, no, tenía que tratar de estar tranquilo. Abrí la puerta y el vecino me saludó con una sonrisa, me dijo que había vuelto de un viaje de negocios y que iba a hacer una "reunión" estaba noche, que estaba invitado. No quería aceptar pero me insistió de tal manera que no podía decir que no, además habría sido sospechoso el no querer ir... o eso pensé yo.

En la noche pasé un rato a la "reunión" ya que parecía más una fiesta habían varias personas pero no había señal de la vecina. El vecino al verme se me acercó con un tragó y me dijo que me pusiera cómodo.

Me presentó a varios de sus amigos y amigas, y después le pregunté por su esposa, a lo que me respondió en tono burlón:

"Esta dónde las mujeres deben estar, en la cocina". Tras ese comentario sus amigos se rieron y sus amigas también pero resaltando que solamente la esposa de el tenía que estar en la cocina. No sabía como reaccionar, ya que me había molestado el comentario pero no iba a arruinarle el ambiente de su fiesta, así que solamente le dije que iba a ir a saludarla y ya.

Fui a la cocina y ahí estaba ella, pero al acercarme noté que tenia una férula en el brazo; ella me miró con sorpresa y me dijo, ocultando la férula, que se había caído. Yo sabía que no era así, que había sido ese tipo y por la rabia había apretado el vaso de plástico y tirado el trago. La vecina, al notar esto, se me acercó y me dijo que era culpa de ella por no darle su espacio, que había cogido el celular de el y... se detuvo al notar que estábamos cerca y que estábamos tomados de las manos, pero el momento se interrumpió cuando su esposo entro a la cocina, lo cual hizo que nos apartáramos.

Se río y dijo en tono sarcástico que no deberíamos estar solos en la cocina, se acercó a ella y con tono más agresivo dijo "conociendo a esta puta". Tenía ganas de romperle la cara, incluso alcancé a imaginarme como le estrellaba la botella de licor contra su cabeza y, con el pedazo que tuviera en mi mano, se lo clavaba repetidas veces en el cuello hasta matarlo, pero un brazo al rededor mío me sacó de mi transe, era el vecino invitándome a la sala con sus amigos para enseñarme algo.

Llegamos a la sala con sus amigos y, sin que nadie más pudiera ver o unirse, sacó su celular y nos dejó ver unas fotos de una chica desnuda, después un video de la misma chica teniendo relaciones con alguien ¡Era él! Había engañado a la vecina con otra chica durante el viaje de negocios. En ese momento me sentí enojado, tenía ganas de quitarle  el celular y reventárselo en la cabeza, después alejarme corriendo y sacar a la vecina de ahí.

No me había dado cuenta que ya estaba en mi apartamento; respiré profundo y tomé un vaso de agua antes de ponerme la pijama e irme a dormir.

Tuve sueños horribles en los que torturaba a mi vecino, otros en donde lo asesinaba de diferentes formas, cada una peor que la anterior; pero lo más extraño era que estos sueños no me causaban miedo, si no que al contrarió, me creaban una paz y tranquilidad, como si tratara de convencerme de que tenía que hacerlo para que mi vecina fuera feliz.

Me desperté por la noche, pero no estaba en mi cama, no, estaba en mi cocina sosteniendo un cuchillo, lo cual me asustó e hizo que lo soltara cayendo al suelo. Corrí al baño y me eche agua en el rostro, no entendía que me estaba pasando, nunca me había pasado algo así, mucho menos teniendo esos pensamientos.

Al día siguiente volví a escuchar a mi vecinos peleando, parecía peor que otros días, a tal punto que tenía ganas de salir, forzar la puerta y golpear a tipo ese con algún bate, o usar uno de mis cuchillos de cocina y apuñalarlo varias veces, de repente me entraba en frente de la puerta de los vecinos, era de noche y yo tenía en mi manos un palo de madera que seguramente le quité a alguna escoba, pero al inspeccionarlo mejor, lo había partido dejando un extremo como una estaca; estaba asustado al no saber que me sucedía.

De repente la puerta del apartamento de mis vecinos se abrió, era el tipo ese  el vecino sacando la basura, me vio y se sorprendió de verme ahí, pero de todas formas me saludó con una sonrisa y yo ocultaba el pedazo de madera detrás de mí.

Me dijo que lo acompañara a sacar la basura y, al cerrar la puerta el desgraciado ese el vecino, pude ver que su esposa tenia marcas de golpes, pero solo fue por un momento.

La basura que es donde este tipo tenia que estar se tiene que bajar hasta el sótano, ahí hay unos tanques donde se deposita dependiendo si es reciclable, partes descuartizadas desperdicios orgánicos y así. Durante todo el camino el tipo me hablaba de las mujeres que había tenido, que de todas tiene registro en el celular por si en algún momento quería material pornográfico, después de eso soltó una carcajada Note que las cámaras de seguridad no estaban funcionando y añadió "Claro que todo lo que esta en mi celular esta en una pagina pornográfica, así tengo doble ganancia" siguió riendo como si eso fuera normal aún tengo la estaca en las manos.

Antes de subir las escaleras para salir del sótano le dije que eso estaba mal me detuve y dejando que subiera unos escalones lo tomé del brazo y lo jale hacia el suelo, ahí le dije que tenía una esposa que esta dispuesta a todo por el, saqué la estaca y le aconsejé ser mejor persona no solo por ella, si no por todos los hombres se la clave en el ojo izquierdo mientras que el me dio la razón dejó salir un grito desgarrador, miré a todas partes esperando que nadie se hubiera dado cuenta y entonces me entregó su celular y me pidió que borrara todo el desgraciado este me pidió piedad a lo que yo borré todo de celular y se lo devolví le dije que el no había tenido piedad con ella y pisoteé la estaca clavándola más  hasta tal punto que llegó hasta el otro lado de su cráneo.

Subí el cuerpo del desgraciado hasta el piso en donde se encontraban nuestros apartamentos subimos juntos y... y... por suerte no había nadie cerca; timbre en su puerta timbramos... no, yo estaba ¿solo? ¿qué esta pasando? y mi vecina abrió dejando salir un grito desgarrador ese no soy yo, no soy yo... yo, yo... yo le dije:

"Ahora que me deshice de tu maleta pesada podremos estar juntos, ya no tienes que pensar en haberme conocido antes, porque ahora podemos estar juntos"

Yo... Yo... Juntos

domingo, 22 de noviembre de 2020

Los Desaparecidos (Parte 4)


 


De inmediato volví a encender mi automóvil, pero unos golpes en la ventana de sacaron de mi concentración; se trataban de dos policías que me pedían bajar la ventana para hablar, así que la bajé, pero obviamente tenía prisa, así que mientras más rápido me deshiciera de ellos mejor

- Buenos días oficiales ¿en qué puedo ayudarles?

- Usted es el citadino que habló con Sneider ¿verdad?

- Sí, de hecho había recibido una llamada de él y…

- ¿Puede bajarse del vehículo? – dijeron los policías interrumpiéndome

- Pero tengo un poco de prisa la verdad…

Uno de los policías sacó su arma de fuego y en forma de amenaza me volvieron a pedir que me bajará, así que esta vez acepté a regañadientes. Uno de los oficiales se me acercó y me revisó encontrando mi revolver y me lo quitó mirándome esperando alguna respuesta.

- ¿Eso? Es por protección, la ciudad es un lugar peligroso ¿sabe? Y pues ya es costumbre el…

El otro oficial se acercó interrumpiéndome de nuevo.

- El oficial Tovar desapareció anoche y usted es sospechoso señor.

Sneider había desaparecido, y yo era sospechoso, lo extraño es que acababa de hablar con él, me había llamado sin tener mi número, claro que mi preocupación era Elisa, claro que teniendo en cuenta estos eventos ¿era una trampa para encerrarme y Elisa estaría bien? No, de todas formas no podía dejar que me encerraran, mucho menos estando tan cerca de saber que estaba pasando, Elisa era mi mayor pista, además tenia un mal presentimiento sobre ella, como si le fuera a pasar algo malo.

Les pedí a los policías mi llamada, y después de hacerla iría con ellos sin poner fuerza, los policías aceptaron, pero tendría que hacer la llamada desde la estación y usando su teléfono, lo cual me parecía bien, ya que a quien quería llamar era a Elisa, y como no tenía su teléfono necesitaría usar el directorio.

Entramos en la estación de policía y yo fui directo al teléfono mientras que uno de los policías me vigilaba. Tomé el directorio que estaba junto al teléfono y comencé a buscar el apellido de Elisa.

Estaba llegando a los apellidos por P, cuando dos hombres vestidos de negro se me acercaron.

- Disculpe ¿Puede usted venir con nosotros? – dijeron los dos hombres, cada uno con más de dos metros de altura

- No puedo – les conteste sin soltar el teléfono – tengo derecho a una llamada y…

- Usted no entiende señor – dijo uno de los hombres interrumpiéndome – nosotros pagamos su fianza así que está en deuda, por eso le pedimos que nos acompañe si es tan amable, ya que no queremos recurrir a la fuerza.

Tras decir esto, uno de los hombres se movió el traje dejando ver una pistola; solamente cerré los ojos un momento y acepté ir, no sin antes pasar por mis cosas, las llaves del automóvil y mi pistola; al guardar mi pistola la dejé ver por los sujetos, haciendo ver que estaba dispuesto a luchar con ellos, pero como llevaban gafas oscuras no pude ver sus expresiones. Una vez me entregaron mi billetera el oficial encargado de esta labor miró a los dos hombres y, con un rostro de miedo me dijo en voz baja “Creo que no lo volveremos a ver citadino”. Estas palabras me dejaron un poco consternado ¿me iban a matar? ¿este policía sabía algo de lo que iba a pasarme?

Salimos de la estación; uno de los hombres se subió a una camioneta negra y el otro me pidió las llaves de mi auto, no iba a permitirme escapar, tampoco quería provocar una pelea en frente de la estación de policía.

Íbamos en camino cuando el tipo que iba conmigo sacó unas esposas, me dijo que no quería ninguna intervención que lo obligara a usar la fuerza, claro que yo tampoco quería usar la fuerza, aún sentía que Elisa estaba en peligro, pero también que podía sacarle información, ya que no parecía un tipo muy inteligente.

- ¿Ustedes fueron los que me acusaron? – El tipo soltó una risa por esta pregunta.

- Obviamente, no sabemos donde estaba así dijimos que la desaparición de ese policía era su culpa, entonces solamente tendríamos que ir por usted a la estación de policía.

- Es decir que ustedes fueron los que llamaron ¿Cómo…

- Nada de escapa del “ojo” y el policía no podía negarse a cooperar

- A lo que me refiero es ¿cómo consiguieron mi número de celular?

- Ya se lo dije, nada escapa del “ojo”

No creía poderle sacar más información, además ya me tenia aburrido con su respuesta del “ojo” ¿será alguna secta? Y ¿el ojo será su líder?

Noté por la ventana que estábamos saliendo del pueblo.

- ¿El ojo se encuentra fuera del pueblo?

El tipo soltó otra risa, y me dijo:

- ¿Yo cuando dije que iba a llevarlo a donde el “ojo?


Continuara...

miércoles, 18 de noviembre de 2020

Apocalipsis Zombi


 

Ya van dos años desde el primer brote de este virus que nos tiene ocultos en casa o en refugios blindados para poder sobre vivir, pero sin saber si algún día llegara una cura todo lo que podemos hacer es seguir combatiendo contra esos zombis.

Todo comenzó con un reporte de una enfermedad, un virus que estaba infectando a las personas, muchos no lo creían e incluso políticos se pasaban las precauciones como si de una broma se tratase, fue así hasta que en una protesta por el mal manejo del gobierno local se dio el primer ataque; un hombre cayó abatido por la policía y, en medio de los manifestantes, ese hombre se levantó y los atacó, mordiéndolos o arañándolos. Las balas de los policías ya no funcionaban y al acercarse para arrestar a los implicados terminaron siendo infectados por estos muertos vivientes.

El gobierno comenzó a negar lo sucedido ya que el virus se activaba en las personas muertas; esto para negar el uso de la fuerza extrema por las fuerzas armadas, pero ya era tarde, los zombis se levantaban para atacar a los vivos.

Los siguientes lugares en ser atacados fueron los hospitales, los muertos que tenían en las morgues se levantaron para atacar a todos los que estuvieran en el hospital, incrementando el numero de infectados.

Los gobiernos al ver la crisis decidieron desplegar las fuerzas militares, pero esto en vez de ser una solución fue un problema, ya que al no diferenciar entre zombis y no zombis disparaban a lo que fuera. Ellos también cayeron infectados en el momento en el que uno termino mordido, pero por miedo a morir no le dijo nada a sus compañeros; cuando se dieron cuenta que el soldado estaba infectado ya era demasiado tarde.

Yo traté de sobrevivir con mi familia, pero tener un grupo de personas por las cuales responder era imposible; mi esposa terminó infectada matando así a mis hijas y yo, como un cobarde, hui y las abandoné.

Día tras día me pregunto que será de ellas, no tuve que abandonarlas como un cobarde, un cobarde que abandona a sus seres queridos.

Un tiempo después, con ayuda de los gobiernos, se creo un refugio en el que también se estudiaba una cura, pero no era una salvación, no, la envidia de las personas al poder se dejó ver con la creación de ese refugio, refugio al que solamente ingresaban políticos, la gente implicada en su construcción y cualquiera que tuviera una alta posición social.

El proyecto del refugio se les cayó cuando no había mano de obra que les garantizara un mantenimiento efectivo, tampoco dejaron entrar a personas para que trabajaran las tierras, haciendo la comida limitada; y finalmente, cuando comenzaron a haber muertos, estos tenían que ser quemados para que no se levantaran como zombis, pero varios no querían que sus seres queridos fueran cremados así no más, querían enterrarlos, grave error ya que, como zombis, eran capases de abrirse paso entre el ataúd y la tierra llegando así al exterior e infectando a todos adentro.

El refugio terminó siendo un karma para todos aquellos corruptos que no controlaron el problema antes negándose a ayudar solamente por ganar más dinero...

Dos años desde que empezó esto, y no tiene pinta de que vaya a terminar ¿Cómo sobreviví yo? Bueno, primero me mantenía solo, el tener que proteger a varios era problemático; me mantenía recogiendo suministros en tiendas y centros comerciales, iba con armas contundentes (bates, palos de golf o de hockey, varillas, etc.), además evitaba las ciudades y siempre me mantenía en movimiento.

Todas las noches me arrepiento de haber abandonado a mi familia y esta situación ya me esta volviendo loco, tuve la suerte de encontrar un pistola, pistola que solamente tenía una bala, esa bala la tengo guardada para mí, para cuando no aguante más esta situación y quiera acabar con mi vida.

lunes, 16 de noviembre de 2020

Cinco Historias Cortas De Terror IV


 

Historia 1

Todo se la pasa en silencio en este lugar, es tranquilo y he conocido muchas personas nuevas, algunas celebridades también, claro que nunca había esperado este tipo de celebridades, igual no me interesa, soy muy feliz aquí, lo cual me hace preguntarme porqué la gente le tiene miedo a los cementerios


Historia 2

No he dormido bien desde hace mucho tiempo, no sabría decirles desde hace cuanto comenzó esto, mi memoria falla y también me falla el apetito... no sé que será.

Una noche en la que creí que al fin pude conciliar el sueño; me desperté en medio de la noche, no podía mover mi cuerpo, además sentía un peso al pie de la cama; como pude traté de mirar, pero no podía, trataba de gritar y tampoco podía. Comenzaron a salir lagrimas de mis ojos hasta que el cuarto comenzó a iluminarse, de repente escuche una voz fría que dijo "Bueno, ya esta amaneciendo, nos vemos mañana".


Historia 3

Se mudó una pareja a el barrio, parecían muy felices, nunca los escuchábamos pelear. El esposo salía todas las mañanas y volvía por la tarde, la esposa solamente se encargaba de la casa. 

Nos parecían una pareja de casados muy normal hasta que un día llegaron lo policías a su casa. Escuchamos gritos y después una pelea dentro de la casa, hasta que sonaron dos disparos, entonces llegaron más policías y una ambulancia, sacaron de la casa dos bolsas negras y unas jovencitas en mantas.

Parece que la pareja eran secuestradores y torturadores, al final prefirieron la muerte que seguir viviendo sabiendo todo lo que le hicieron a esas chicas.


Historia 4

Escuchamos muchos ruidos en el techo cada noche, como si de un pájaro grande se tratase. No habíamos podido conciliar el sueño en varios días.

Un día había venido la abuela a quedarse con nosotros y también escucho los ruidos en el techo; de repente mi abuela se levando hacia la ventana, la abrió un poco y gritó "¡Mañana venga por sal!" y cerró la ventana; después de eso se escucho como alguna especie de ave gigante levantó  el vuelo, pero el ruido se detuvo.

Al día siguiente una mujer muy guapa llego pidiendo un poco sal a la casa.


Historia 5

Todos los días llegan cuerpos a la morgue, y muchas veces me aburro mucho en el trabajo, siempre la misma rutina ya me tiene enfermo.

Hasta que un día llegó esta mujer, piel suave y clara, ojos claros, cabello oscuro y además en perfecto estado.

Le pregunté a mi socio la causa de muerte, el me respondió que fue suicidio, no cabía en mi cabeza como una mujer tan hermosa llegó a suicidarse, era perfecta, muerta pero perfecta.

Llegó la noche y tenía que terminar unos documentos, en eso llegué a las fotos y los papeles de esta mujer, quería que fuera mía, e incluso sabía que lo que iba a hacer no estaba bien... pero lo hice, tuve relaciones con un cadáver.

La limpie, y la dejé como si nada hubiera pasado, tenia ganas de más, pero se la iban a llevar temprano así que no podía hacer más.

Al día siguiente me sentí enfermo, débil y sin ganas de nada, pero tenía que ir a trabajar, tenía que llegar para ver a mi diosa antes de que se la llevaran.

Al llegar mi compañero notó mi estado, me aconsejó que me fuera, que descansara, pero le dije que tenia que terminar lo de la chica que se suicido, que no podía dejarla sin terminar; mi compañero tomó los papeles de la chica y los leyó diciéndome "Que lastima era una mujer muy hermosa, pero no quería vivir con SIDA y por eso se suicido"

Mi expresión cambio totalmente y salí a un baño cercano a vomitar, estando en el baño miré cuanto tiempo puede sobrevivir el virus en un cuerpo...

Hoy en día estoy muriendo por el SIDA que muchos ignoran como me contagié, como termine enfermando de un virus tan letal por tener relaciones con un cadáver.

domingo, 15 de noviembre de 2020

Los Desaparecidos (parte 3)


 Dejé mis pensamientos en la habitación, ya que tenía que continuar con la investigación. Fui al comedor y vi un tazón de leche, una taza con cereal, un vaso de jugo de naranja y un plato vacío. Me senté y de inmediato sentí la pistola que tenia guardada en la parte trasera del pantalón, temía que se disparara ya que no recordaba haberle puesto el seguro; así que la saque rápidamente, no tenía seguro, se lo puse y la volví a guardar, justo a tiempo para que Elisa no viera la pistola, ya que estaba saliendo de la cocina con unos huevos fritos, dos tostadas y tocino.

Sirvió esto en el plato vacío que tenía en frente, me miro a los ojos con una sonrisa y volvió a la cocina, pero unos minutos después salió con un platillo idéntico para ella y se sentó junto a mí, más cerca de lo que se había sentado anoche.

- Buen provecho Elisa – le dije con una sonrisa

- Buen provecho – me respondió bajando un poco la cabeza sonrojada.

No sabía con que empezar la conversación, de hecho, no estaba seguro de lo que había pasado anoche y esta chica estaba como si nada hubiera pasado, tenía que saber si ella también escuchó o si había sido un horrible sueño.

- Anoche…

- ¡Oh! Lo siento – dijo Elisa interrumpiéndome – no le pregunto cómo paso la noche ¿Le gusto la habitación?

¿Cómo decirle que por darme la habitación más lejana pude ser devorado por alguna criatura extraña la cual no puede ver por la oscuridad de la noche? No, no era capaz, ella estaba más alegre y dispuesta a hablar conmigo, tenia que olvidar lo de anoche y ahora si sacarle la mayor cantidad de información posible.

- Dormí muy bien, gracias por preguntar ¿y usted?

- Yo… - la chica se puso más roja y apartó la mirada – Yo tuve un poco de frío, pero pude dormir.

Tiene veinte tres años, es una chica joven que posiblemente busca es una noche de pasión para calmar la soledad, pero no la conseguiría conmigo, por lo menos no con todas las cosas que estaban dando vueltas en mi cabeza.

- Elisa – le dije con más decisión – Una de los desaparecidos es muy parecida a usted.

Su tono de piel volvió a la normalidad y se quedó sin expresar ninguna emoción, como si hubiera dicho algo que le diera miedo.

- Sí – respondió con un tono sombrío y sin darme la mirada

- Esperaba que…

- Ye terminé, tengo que irme.

Se levanto de la mesa y se marcho por el camino hacia el recibidor, hasta que la perdí de vista y entonces escuché una puerta cerrarse.

Mi sorpresa fue notar, o más bien, no notar la silla que había arrojado la noche anterior, ya no estaba y obviamente no iba a estar, ya que la había arrojado contra lo que sea la criatura de anoche y eso la destruyó ¿Elisa la habría botado?

Miré la mesa, Elisa no había dado ni un bocado a su desayuno, lo había dejado todo; tengo que admitir que me sentí mal por la chica, ella solamente quería hablar, tal vez ligar conmigo y demás cosas, incluso se había sentado cerca de mi… que miserable.

Dejé la mesa y fui tras ella, tenía que aclararle las cosas después de todo, aún que en parte era para quitarme la culpa que sentía por alterarla de esa forma.

Llegué al recibidor y me quedé mirando el pasillo lleno de puertas, de las cuales no tenia ni idea de donde estaba Elisa. Estaba caminando despacio tratando de escuchar algo en las puertas, y tuve suerte, en la habitación 102 se escuchaba a una mujer sollozando. Me acerque a la puerta cuando un pensamiento me detuvo ¿Qué rayos voy a decir o hacer? Además ¿un inquilino entrando, así como así, con una pistola oculta en la parte de atrás del pantalón? No, tenia que pensar bien las cosas.

Volví a mi habitación, guardé mi Smith & Wesson .38, me enjuagué el rostro y usé un poco de enjuague bucal; ahora sí estaba un poco más presentable, pese a que aún no sabía que decirle.

Me acerque una vez más a la habitación 102 y me disponía a llamar a la puerta cuando escuche la voz de Elisa aun sollozando mientras decía:

- No tuviste que ir en contra, no tuviste que desobedecer, si solamente hubieras hecho lo que decían… aún estaríamos juntas…

Parece que Elisa sabía más de lo que sospechaba, ahora tendría que decidir si encararla de forma agresiva o… no, lo que haré será de forma tranquila, tengo que sacarle la mayor cantidad de información y puede que tenga resuelto este caso.

Golpeé dos veces la puerta y escuché a través de esta la voz de sorpresa de Elisa; ella abrió la puerta un poco, su rostro como sus ojos estaban rojos, además de hinchados, seguramente estaba llorando, pero de todas formas no trató de ocultar su rostro como en otras ocasiones.

- ¿Podemos hablar? – le pregunté con tono agradable, claro que oculté mis ansias por preguntarle todo sobre el caso

- Sí, sí.

Elisa bajó la cabeza y me permitió pasar cerrando la puerta después de que entré. El cuarto estaba ordenado, incluso era más grande que el mío; estaba perfectamente ordenado a excepción de una caja y varias fotos sobre la cama.

Me acerqué a la cama para ver las fotos, pero antes de tomar una la volteé a mirar, ella asintió con la cabeza, así que tomé la que estaba encima de todas; se trataba de una foto de dos niñas, ambas muy parecidas, no tuve duda que se trataba de Elisa y la chica desaparecida; ambas estaban sonriendo incluso se sentía que estaban felices.

- Es mi medio hermana, Alisa Pardo Escobar, ambas vivíamos en este pueblo, incluso fuimos al mismo colegio – Elisa se acerco a mi para ver la foto conmigo – Hasta nacimos en el mismo hospital.

- ¿Qué paso con…

- El mismo día por parte del mismo padre – Continuo Elisa sin dejarme hablar – la idea de mi padre… bueno, de nuestro padre era hacer lo posible para que no nos viéramos, ya que vivía engañando a dos mujeres, dos mujeres que habían quedado embarazadas de él, claro, mi hermana iba a ser la primera en nacer, pero una complicación en el embarazo de mi madre provocó que yo naciera dos meses antes, provoco que naciera en el mismo hospital en donde estaba naciendo mi hermana, después de eso ambas mujeres conocieron el secreto que tenía mi padre creando un odió entre ambas, pero de todas formas mi padre solamente era mala persona con las mujeres, ya que a mi hermana y a mí siempre nos dio lo que necesitáramos, no lo que quisiéramos ni lo que quisieran nuestras madres, no – Elisa subió la mirada y se quedó mirándome a los ojos, estábamos tan cerca que pude notar su belleza pese a que estuviera llorando; me provocaba besarla pero tenia que mantener la compostura – Mi padre nos mantenía juntas cuando íbamos a visitarlo, creando un vinculo entre ambas como si fuéramos hermanas del mismo padre y la misma madre; el era un hombre de dinero, así que cuando murió nuestras madres fueron como buitres por su dinero y propiedades, pero no pudieron, el nos dejó todo a mi hermana y a mí, esto con el fin que siguiéramos compartiendo, y así lo hicimos, por lo menos hasta que…

De repente sonó mi celular, era un numero desconocido. Le pedí disculpas a Elisa y salí de su cuarto para responder; era Snaider… bueno, el oficial Tovar, diciéndome que tenía una información importante para compartirme sobre las desapariciones, y que no podía esperar.

Le dije a Elisa que tenía que hacer unas cosas, que trataría de no tardar para seguir escuchándola y ella me sonrió y asintió con la cabeza.

Fui a mi habitación y tomé mi abrigo cuando sonó algo que caía al suelo, era mi pistola, no sé porque sentí el impulso de tomarla y llevarla conmigo, pero eso hice.

Al llegar al recibidor estaba Elisa, quien se me acercó y me beso de una forma tan apasionada que me dieron ganas de no ir, de botar todo el caso y quedarme con ella, huir de ese pueblo, lejos, solamente ella y yo.

Terminó de besarme y me pidió que no me tardara, le acaricie la mejilla y salí rápidamente en dirección a la estación de policía.

Llegaba en mi automóvil frente a la estación, el trayecto estuvo totalmente abandonado, justo como estuvo el día que llegue.

Puse el freno de mano y estaba por apagar el automóvil cuando un pensamiento llegó a mi cabeza, un pensamiento como si estuviera desactivado:

¿Cómo pudo el agente Tovar llamarme si jamás le pasé mi número de celular? Maldición, algo no estaba bien y lo que querían era tenerme lejos de Elisa ¡Elisa era la próxima Victima!


Continuara...

miércoles, 11 de noviembre de 2020

Los Visitantes

 


Mi padre había podido comprar, al fin, la casa de sus sueños, quedaba lejos de su trabajo pero no le importaba, mamá trabaja desde casa, así que ella era feliz con la nueva casa sin ningún inconveniente; mi hermana y yo éramos los únicos inconformes, ya que teníamos que cambiar de colegio, además de que nos tocaba caminar un poco lejos para tomar el transporte para llegar; pero papá trató de convencernos pidiéndonos que nos pusiéramos en sus zapatos, el tenia que manejar dos horas para llegar al trabajo, pero que el solamente quería tener una casa tan grande como lo era esta y con un patio gigante, además tendríamos nuestras propias habitaciones a diferencia de nuestra antigua residencia, en la que teníamos que compartir un cuarto.

No pusimos más líos ya que de verdad la casa es hermosa y grande, sumado a que tener nuestros propios cuartos era algo increíble.

La primera semana estuvo bien la casa, fue después de esa semana que las cosas empezaron a ser extrañas. Primero todas nuestras cosas desaparecían y aparecían en otros lugares de donde las habíamos dejado, después se empezaron a escuchar voces en especial por la noche y finalmente las puertas comenzaron a cerrarse de golpe en lugares en los que no estábamos presentes.

Esto comenzó a intranquilizar a mi mamá, que era la que más tiempo pasaba en la casa, ella nos decía que cuando estaba trabajando en su oficina comenzaba a escuchar susurros que le decían "¿usted sigue acá?" o "¿Por qué no se fue con ellos?" o también "¿No le da pena?" y cosas así.

Papá le decía que debían de ser suposiciones o incluso ruidos de afuera, claro que mamá no le hacía caso y le decía que era imposible que fueran ruidos de afuera ya que casi nadie pasa por esta parte además del cartero.

Los días siguieron así hasta que las cosas se pusieron más tensas en casa, papá y mamá peleaban mucho, cosa que no hacían antes; mi hermana y yo comenzamos a distanciarnos y a veces también peleábamos.

Un día un chico del colegio me preguntó donde vivía y al decirle el lugar el chico me mencionó una historia de asesinatos sucedidos en esa casa y que se creía embrujada. Yo no quise creerle, posiblemente era para fastidiarme así que le grite y lo trate mal, algo que nunca había hecho antes, me sentía diferente.

Fui suspendida por ese percance pero de todas maneras me quedó sonando lo que me dijo ese chico, así que fui a investigar en mi computadora y efectivamente, habían sucedido varios asesinatos y desapariciones, todas en los últimos sesenta años; lo más extraño es que las primeras desapariciones estaban relacionadas a la primera familia que vivía en esta casa; una pareja con tres hijos habían desaparecido dejando todas las puertas cerradas por dentro, es decir, que solamente podrían abrirse desde adentro de la casa y de los respectivos cuartos.

Le mostré el articulo a mi mamá y ella quedó en shock al ver la foto de la familia y, con lagrimas en los ojos, me dijo que ella ha estado soñando con esa familia, he incluso a veces veía algún miembro de esta familia con el rabillo del ojo.

Al llegar la noche nos reunimos todos y, junto a mi madre, les comentamos a mi hermana y a mi papá lo que habíamos encontrado; mi hermana se quedó callada y pálida, y mi papá no quería creerlo, pero dijo que eso explicaría el bajo precio de la casa. Resulta que los asesinatos siempre eran cometidos por un miembro de la familia nueva que llegaba, ya sea el padre, la madre o algún otro miembro. Normalmente era por el que se la pasará más tiempo en casa, obviamente nosotros ya habíamos notado el cambió agresivo de mamá, así que ella sería la que nos habría asesinado. 

Papá fue a abrazar a mamá y mi hermana también, mi mamá quebró en llanto, ella no quería que pasara algo así, estaba orgullosa de su familia y quería cuidarnos a todos. De repente las puertas comenzaron a golpear más fuerte de lo que acostumbraban, he incluso las del cuarto de estar en el que estábamos; comenzaron a escucharse gritos desesperados y la palabra "váyanse" una y otra vez.

Papá tomó a mi mamá de la mano y nos pidió a mi hermana y a mí que lo acompañáramos; salimos de la casa y gritos y las puertas se detuvieron; todas las luces de la casa se apagaron al tiempo seguido de un sonido del seguro de la puerta. Miré por la ventana de la sala y me pareció ver a una mujer mirándonos con odio; mi papá trató de abrir la puerta pero era imposible, estaba cerrada por dentro.

Esa noche dormimos en un motel que estaba por la carretera al pueblo más cercano, era un lugar asqueroso pero tengo que admitir que fue la primera noche que pude pasar tranquila durmiendo desde que nos mudamos a esa casa.

Al día siguiente, mientras mi padre se comunicaba con la inmobiliaria y mamá con la abuela para que nos diera posada unos días; mi hermana y yo averiguamos más sobre esa casa y la familia que la habitaba hace sesenta años. Resulta que esa familia comenzó a tener problemas económicos y el banco iba a quitarles la casa, ellos decidieron encerrarse dentro de la casa para que no pudieran sacarlos, pero cuando el banco y la policía había logrado ingresar, los miembros de la familia habían desaparecido; como no había ningún otro miembro de esa familia, es decir, solamente eran ellos, nadie se preocupo por buscarlos y el banco puso a la venta la casa.

Creo que ellos jamás se fueron de la casa, y siguen siendo los dueños de esta, es decir que nosotros éramos los visitantes.

domingo, 8 de noviembre de 2020

Los Desaparecidos (Parte 2)


 Al fin había conseguido mi primera pista, una de los desaparecidos parecía tener algún tipo de relación con la dueña del hostal, o por lo menos, con la chica que me atendió.

Fui al comedor, la comida olía increíble. Pasado un tiempo llego la chica que esperaba, traía un plato de consomé de carne y un vaso de jugo de mora.

- Ya traigo el plato fuerte.

No me dio tiempo de decir nada cuando ya había entrado en la cocina, creo que comeré solo, ya que no había comida para ella.

Al volver tenía un plato con costillas y puré de papa. Antes de que colocará el plato te pregunté si iba a comer conmigo, ella se quedo con cara de disgusto por un rato, no quería que su respuesta fuera no, así que añadí:

- Es mucho mejor comer acompañado y teniendo una conversación agradable, ¿no cree?

La mire a los ojos como si la deseara, una de esas miradas que pueden derretir glaciares en el corazón de las mujeres. Se sonrojo y asintió con la cabeza, seguido a esto entro en la cocina, y volvió con un plato igual al mío, creo que planeaba comer en la cocina.

Se sentó al otro lado de la mesa, bajó la cabeza y comenzó a comer, parece que cada vez que levantaba la mirada se sonrojaba y la bajaba rápido.

- Pareces una chica joven para ser la dueña del hostal ¿Cuántos años tienes?

- Sí, sí, tengo veintitrés - respondía con un tono tímido y sin levantar la cabeza

No esperaba la afirmación de mi pregunta, e incluso esperaba que continuara la conversación; eso complica un poco las cosas, por experiencia sé que las personas tímidas son las más complicadas al momento de entablar una conversación, pero por ser tímidas son propensas a solamente responder preguntas, obviamente no quería llegar al tema que me hizo convencerla de sentarse conmigo a cenar, pero tampoco quería perder el tiempo haciendo preguntas que no me llevan a ningún lado... o a lo mejor ¿si me llevarían a alguna parte?

- O sea que sí eres la dueña, es extraño que alguien tan joven sea dueña de su propio negocio.

- Sí...

Otra respuesta monosílaba, estas cosas me terminan molestando, pero tenia que mantener la compostura, tengo solamente un trabajo y esta chica es importante para el caso.

- Me dijiste que la estadía solamente incluía desayuno y cena ¿hay algún problema si uso la cocina para prepararme algo a la hora del almuerzo? - Tenía que mantener mi tono coqueto, por lo menos hasta que pueda entablar una conversación con ella.

- Sí, no me gusta que nadie más use mi cocina - levanto la mirada por un momento y me miró fijamente a los ojos - pero si lo desea podría cocinarle también al almuerzo.

- Que bien...

- Y comer juntos, así, poder conversar... otra vez - volvía a bajar la mirada.

- Claro, pero antes me gustaría conocer tu nombre, para fraternizar un poco más.

- Sí, sí, me llamo Elisa Pardo Gamero

Pardo, es el apellido de la chica desaparecida, pero el segundo apellido me desconcertó, ya que no era el mismo, pero esta chica es parecida a la desaparecida ¿hermanastras? no lo sé, pero por mucha curiosidad que tuviera  no podía asustarla. Así que seguí por el lado de la coquetería para que empezara a tenerme más confianza.

- Es un bello nombre, perfecto para una bella mujer, si me permites decirlo.

- Sí, sí, no hay problema - Ella se sonrojaba cada vez más, así que decidí bajar un poco la coquetería, ya que mi intención no era enamorarla.

- Así que este negocio, el del hostal ¿lo iniciaste sola?

- Sí, es decir, no, no lo inicie sola...

- ¿Lo iniciaste con...

Una alarma interrumpió la conversación, la chica se levantó de la mesa rápido y me dijo que tenia que irse, que no me preocupara por los platos, que ella se encargaría más tarde de eso, y salió corriendo del comedor; miré el plato de ella, aún tenia comida ¿Qué era tan importante como para dejar la comida a medias?

Volví a mi habitación; en el camino no vi a Elisa, como si hubiera desaparecido, de todas formas hay más habitaciones y ella debe estar en alguna de ellas. En la habitación revisé la carpeta otra vez, solamente nombres de personas desaparecidas, mi única pista era esa chica y no estaba, por lo menos, no para tratar de sacarle más información.

Me recosté a deliberar sobre el caso, en completo silencio esperando algún ruido que me hiciera ir a ver si Elisa había aparecido, pero pasaban las horas y me había quedado dormido.

Me desperté de golpe, sudando y con la respiración agitada, había tenido una pesadilla en la que un grupo de cabras negras me torturaban mientras todo el lugar se incendiaba... que horrible sueño pero no era relevante.

Miré la hora, eran las 3:33am, me senté en la cama esperando recuperar un poco la cordura; después me levante para ir por un vaso de agua, tengo mi propio baño, pero no un vaso para tomar agua, sería una escusa  para ir a la cocina y revisar si los platos habían sido levantados, en caso de que sí entonces me arrepentiría de haberme quedado dormido.

Abrí la puerta, las luces de la recepción seguían encendidas, pero las del pasillo se encontraban apagadas, recordé la  luz al final del túnel que mencionan las personas que están por morir, ya que esta situación se parecía mucho. Me reí un poco por pensar algo así en este momento.

Me acerqué al mostrador y después en dirección al comedor. En este las luces se encontraban apagadas y, tras pasar por la luz de la recepción, no podía distinguir nada entre la oscuridad. Traté de buscar el interruptor de la luz cuando escucho un gruñido de algo entre la oscuridad; había algo en la oscuridad, posiblemente encima de la mesa del comedor y no podía distinguir que era. De repente escuché uno de los platos cayendo al suelo y noté dos ojos amarillos brillantes mirándome. Creo que esta lista para atacarme a menos que reaccione antes.

Me comencé a alejar muy despacio hasta llegar a la luz de la recepción; escuche como unas patas se bajaban de la mesa, los ojos seguían mirándome y acercándose lentamente. Con mi mano izquierda sentí una silla, la silla de la recepción. Con un movimiento rápido la arrojé la silla, la cual escuché impactar contra lo que sea que estuviera entre la oscuridad y corrí hacia mi habitación y cerré la puerta, después de unos momentos sentí como si algo impactara contra esta.

Mi corazón estaba a mil por hora, no pude ver que era lo que había ahí pero sé que sea lo que sea estaba dispuesto a matarme.

Puse mi oreja en la puerta, podía escuchar sus patas como acechando a una presa. Me alejé de la puerta y me acerqué a mi valija, arrojé mi ropa por todas partes hasta llegar al final, ahí estaba, mi Smith & Wesson .38; no había requerido de esta arma desde que estaba en la policía, recordé a mi compañero, que fue el que hizo posible que me la quedara haciendo unos trucos de "evidencia perdida". Creí que no la usaría nunca más, pero esta situación requiere que la tenga a la mano.

Escuché un golpe en la puerta, era Elisa avisándome del desayuno; el sol ya había salido, me había quedado dormido recostado en la puerta ¿Había sido todo una pesadilla? No, estoy seguro que fue real, si no porque tengo mi revolver en las manos, además no estaba en la cama ¿Qué fue lo de anoche? ¿Por qué Elisa se fue sin terminar de comer de forma tan abrupta después de sonar la alarma?

Estaban surgiendo más preguntas que respuestas, eso es molesto, pero no iba a rendirme con este caso.


Continuara...

domingo, 1 de noviembre de 2020

Los Desaparecidos (Parte 1)

 



Trabajo como detective en una gran ciudad, detective privado para ser más especifico. Fui echado de la policía por encubrir a un colega con un caso, el cariño que le tenía y le tengo a esa persona aún se mantiene; de hecho es mi contacto en la jefatura cuando necesito alguna información que solamente puedo adquirir por las computadoras de la policía.

Un día me llego con un caso de gente desaparecida en un pueblito  cercano. Nadie quería tomar el caso, lo cual le daba un tono más tétrico a este, así que mi ex compañero recurrió a mi, yo no pondría problema, ya que el que quería que me encargara de este caso estaba ofreciendo una gran suma de dinero, pero se mantendría en el anonimato el que esta ofreciendo dicha recompensa, ya que teme por su vida.

La mañana siguiente salí de camino al pueblito para resolver el caso, creí que quedaba mucho más cerca, pero un viaje de tres horas sin ningún otro vehículo no es considerado cerca.

La primera impresión  que me llevé del pueblo era el letrero que estaba abajo del que decía "Bienvenidos", ese letrero decía "sin desapariciones desde hace 2 días". La cosa tenia que ser grave ya que no llevaban muchos días sin desapariciones, sumado a tener que poner un letrero así, solamente me daba mala espina.

Lo primero que hice fue ir a buscar un lugar en cual quedarme, lo cual fue complicado, ya que las calles se mantenían vacías, incluso tenían un tono lúgubre, como si de un pueblo fantasma se tratase.

Tras unos minutos encontré un hostal, parecía solo, pero al tocar la campanilla, del fondo del lugar, salió una mujer joven, era muy bella; se acercó al estante, me saludó y me preguntó qué se me ofrecía. Le dije que venia a investigar las desapariciones y necesitaba un lugar en el cual quedarme; al mencionar esto la expresión de la chica cambio a uno a de terror.

- No, no, aquí no hay habitaciones, no hay nada, váyase por favor

Me pareció extraña esta reacción, pero no iba a rendirme para conseguir una habitación.

- No has tenido muchos clientes ¿verdad? lo digo porque el pueblo parece abandonado y además tenias un letrero afuera que dice que hay vacantes - Tomé aire y continúe - Mira, solamente quiero tener un lugar al cual llegar mientras investigo, si me ofrece comida caliente y buena, mucho mejor; pero si esta investigación llega a ser una perdida de tiempo entonces me iré en menos de nada, obviamente tu recibirás tu paga y no volverás a saber de mi.

La chica se quedó pensando por un momento; noté como temblaban sus manos, como si fuera a crearle algún problema grave, pero tras unos segundos asintió con la cabeza y me invitó a seguirla.

Me llevó por un pasillo largo lleno de habitaciones hasta llegar al fondo de este; habitación 110, era la habitación más alejada de la puerta, más alejada de la única salida. La chica saco un juego de llaves, separo una con la que abrió la puerta y me la entrego.

- Servimos la cena a las siete de la noche y el desayuno a las siete de la mañana; el comedor se encuentra a la derecha de la entrada, cerca a la cocina, aquí no hay agua caliente pero sí tiene su baño privado.

La chica estaba por irse cuando se detuvo en la puerta y sin mirarme dijo:

- Espero que resuelva todo, pero también espero que no se quede mucho tiempo.

Sentí que me estaba ocultando algo, no sé que cosa podría ser, pero me motivó con resolver el caso rápido, ya que parece que si no lograba nada en un corto tiempo, esta chica correría peligro como los otros desaparecidos.

Una vez instalado pasé a la comisaría, un lugar pequeño con no más de diez policías, de todas formas si iba a conseguir pistas ese era el primer lugar.

Cuando llegué los policías me miraron de arriba abajo, como si de algo repugnante se tratara. Me acerque al recibidor, uno de los agentes con apariencia de campirano más que de policía se me acerco.

- ¿Qué viene a hacer un citadino a este pueblo?

Sentía su rechazo, como pidiendo que me fuera y no volviera jamás, pero alguien me había contratado para resolver las desapariciones, y mientras más gente me pidiera que me fuera más ganas me daban de resolver el caso.

Mire las paredes al rededor hasta que vi una con varios volantes de personas desaparecidas.

- Parece que tienen un problema de desapariciones - le dije mientras señalaba a los volantes en la pared.

- Eso no es asunto suyo, los citadinos solamente traen problemas y nosotros podemos encargarnos de nuestros asuntos sin ayuda externa.

Nunca me había topado con alguien tan molesto al momento de ofrecerle ayuda. No podía dejarle saber que era un detective, a lo mejor me echaría ¿un reportero? no, no creo que permita ese tipo de entrometidos acá.

- Mire soy profesor de una universidad en la ciudad, estoy escribiendo una tesis sobre la vida lejos de la ciudad, así que vengo de pueblo en pueblo anotando sus costumbres y de más tradiciones, claro que al llegar a este pueblo lo noté vació, con un tono triste incluso, creo que se debe a las personas en esa pared.

Los ojos le cambiaron al policía, como si fuera su oportunidad para ser una celebridad.

- Sí, sí, nuestro cuerpo de policía es muy capaz y hemos cuidado a la gente de este pueblo por años, pero esas desapariciones nos tomaron desapercibidos.

- Que curioso ¿podría ver los archivos sobre esas desapariciones?

El policía volvía a dudar de mi, mirándome sin estar convencido sobre mi mentira; decidí echarle flores para que confiara en mi.

- Podría hacer una mención en mi tesis sobre el policía que me colaboró, esto podría traer turistas y seria gracias a usted.

El rostro del policía volvía a cambiar, ahora mostraba una sonrisa convencido de que haría algo bueno por el pueblo.

- ¿Muchas chicas leen sus tesis?

- Demasiadas, obviamente todas jóvenes, muchas de ellas gustan de visitar los lugares que menciono.

El policía dejaba ver una sonrisa de satisfacción, pero tenía que volver a atacar para que no dudara más de mis verdaderas intenciones.

- No debería decirle esto pero... - me acerque a su oído y el se acerco a mí - muchas de esas chicas son demasiado promiscuas.

El policía se aparto lenta mente hasta dejarme ver una cara de pervertido repulsiva, saltó del recibidor y en menos de diez segundos llegó con varias carpetas.

- Esto es todo lo que tenemos profesor, si necesita cualquier cosa más solamente avíseme, recuerde que habló con Snaider Pedro Tovar Gonzales, se lo voy a escribir con mi número de celular, para que estemos en contacto, siempre dispuesto a ayudar a la búsqueda del conocimiento.

Tomé las carpetas y el papel con los datos del policía y me retire dándole las gracias con una sonrisa. No podía creer que eso funcionara, pero el tipo ya dejaba ver una cara de que sería fácil de engañar.

Llegué a mi habitación, coloqué las carpetas en la cama y comencé a revisarlas. Ninguna parecía tener información clara, solamente nombre, edad, fecha de nacimiento y ropa que usaban cuando desaparecieron, no había ninguna pista clara, como si la información hubiera sido tomada para salir de eso y ya.

Volví a revisar con más calma y lo más detalladamente los documentos; todos los desparecidos tenían entre 18 y 25 años, todos habían estudiado en el mismo colegio, claro que solamente hay uno en el pueblo; no hay testigos y ningún familiar sabía a donde se dirigían antes de desaparecer. Sentí unos golpes en la puerta que me sacaron de mi concentración seguido de la frase "la cena estará en diez minutos". Di las gracias e iba a levantarme cuando noté que una de las desaparecidas se me hacía familiar, claro, era una chica sumamente parecida a la que atendía el Hostal ¿será su hermana? no sé si era algo importante, pero era una pista que podía seguir.


Continuara...

viernes, 30 de octubre de 2020

Cinco Historias De Terror Cortas III


Historia 1

Mi mamá me regalo una nueva muñeca, me gustaba jugar con ella, incluso hablábamos por horas, yo le contaba como me iba en la escuela, que hacía con mis amigos y los juegos y programas que me gustaban; ella me contaba como sus padres la trataban mal, como la maltrataban y como murió.

Éramos las mejores amigas hasta que me dijo que el mundo sin padres sería mejor y me dijo que debería de matar a los míos.


Historia 2

Conocimos a un niño nuevo, es muy interesante y conoce juegos muy divertidos, con mis amigos decidimos disfrazarnos y salir todos juntos para pedir dulces, nuestro nuevo amigo no estaba muy de acuerdo con pedirlos por la ruta que hacíamos todos los años, así que nos dijo de una casa escondida donde siempre dan los mejores dulces, casi nadie la conocía porque estaba en medio del bosque, pero el sabia donde estaba.

Lo seguimos para pedir los mejores dulces, pasaba el tiempo y se comenzaba a oscurecer más y más, tampoco había señal de la casa. Tras unos minutos llegamos a una casa vieja y grande, todos pensamos que estaba decorada así por la fecha, así que nos acercamos a la puerta y golpeamos varias veces, pero no salía nadie.

De repente la puerta se abrió sola, entramos todos preguntando si había alguien cuando la puerta se cerró de golpe detrás de nosotros, corrimos asustados buscando una salida cuando encontramos unos cadáveres, parecía que llevaban mucho tiempo ahí, y uno de los cadáveres estaba vestido como nuestro nuevo amigo.


Historia 3

Siempre veo pasar los vehículos por esta carretera, siempre van a alta velocidad, así que no se dan cuenta de que los observo.

Una vez un grupo de chicos se detuvo para llevarme, me parecían buenas personas, así que al fin me puedo ir a casa, pero me invadió el miedo cuando se acercaban más y más a ese lugar, ese lugar maldito en el que, por ir a altas velocidades, morí aquella noche.


Historia 4

Me encanta estar en este parque, siempre hay muchos niños, cosa que me encanta, ya que me la paso vendiendo dulces y globos, eso significa más clientes para mí. Claro que recibo más dinero de mis otros clientes, esos clientes que necesitan niños para... bueno, la verdad lo que hagan con ellos no es asunto mío ¡Oh! un niños descuidado por sus padres, mejor me apuro para ganar buen dinero con el.


Historia 5

Empiezan las clases, la primera materia es historia, la profesora nos da la lección, después viene matemáticas, esta clase no me gusta para nada, pero lo que sigue si me encanta, el receso. Salgo con mis amigos al patio para jugar fútbol; estoy por anotar un gol cuando se escucha un camión acercarse, pasa la reja y entra al patio volcándose, hay niños gritando de dolor y profesores tratando de calmar las cosas; yo me quedo mirando en Shock al camión, esta botando un liquido que se prende en fuego y seguido a esto explota.

Y Empiezan las clases, la primera materia es historia, la profesora nos da la lección, después viene matemáticas, esta clase no me gusta para nada... pero no quiero que termine, no quiero ir al patio para el receso, no quiero repetir lo mismo todos los días...

Empiezan las clases...

miércoles, 28 de octubre de 2020

Al Fondo Del Pasillo


 Iba a continuar mis estudios en un nuevo colegio ya que por el trabajo de mi padre tuvimos que mudarnos.

Llegamos a un pueblo pequeño, lejos de la ciudad. Mi padre esperaba que iniciáramos una nueva vida juntos, obvio con nuestro perro Mat.

El primer día en el colegio fue complicado; ya todos conocían los temas y no coincidían con los que estaba viendo en mi colegio anterior, a veces hasta sentía que iban un poco atrasados, pero no le preste mucha atención a eso.

A la hora del almuerzo me toco buscar una mesa en la que me dejaran sentarme, todos me miraban como un bicho raro; al final lo resolví sentándome en el suelo, de todas maneras todo lo que quería era comer y recorrer el colegio.

No parecía un colegio muy grande, lo que si tenia era un amplio terreno para jugar, pero a mi no me importaba jugar, más sin tener amigos con los cuales compartir, solamente quería saber donde estaban las cosas en el colegio, biblioteca, enfermería, salones de laboratorio y de más cosas.

En la biblioteca me encontré con la encargada de esta, se sorprendió de verme y exclamó "Normalmente no se acercan los niños a la biblioteca". Me hizo una seña para que siguiera y pasara el receso ahí, yo acepte para no ofenderla, ya que solamente quería saber donde estaba ubicada y ya.

Fui a buscar algo que leer cuando escucho una risa, había alguien más en la biblioteca, una chica que parecía de mi edad, tenia el cabello rubio, largo y las manos de color pálido; no alcancé a verle el rostro, ya que cuando voltee a mirarla se cubrió con el libro, pero me llenó la curiosidad de conocer a esta chica.

Tomé un libro cualquiera y me senté en frente de ella, iba a preguntarle su nombre cuando la encargada de la biblioteca me pidió que guardara silencio. No sabia que hacer cuando veo que estira su mano hacia mi sin bajar el libro y me deja una nota. "No se puede hablar acá" decía en esta, quería responderle pero no tenía ningún bolígrafo a la mano, en eso me pasó otra nota:

"La próxima vez trae algo para escribir si es que quieres hablar conmigo, sé que quieres conocerme porque nadie toma un libro de calculo y se pone a simular que lee :3".

Cuando subí la vista la chica ya estaba en la salida de la biblioteca; así que corrí tras ella pero la bibliotecaria me detuvo, no me había dado cuenta que tenia el libro de calculo en las manos, me pidió que sacara el carnet para sacar el libro o devolverlo a su lugar. No tenia tiempo para sacar el carnet así que corrí hasta el librero de donde lo saqué pero, al colocarlo sonó la campana que anunciaba el retorno a clases. Al salir de la biblioteca no vi a la chica, pero si a varios chicos que retornaban a sus respectivas aulas.

Al día siguiente se realizó un trabajo en grupo, obviamente fui el ultimo en ser elegido en el grupo, pero al menos ya tenia otras dos personas con las cuales hablar, resulto que teníamos algunas cosas en común, así que congeniamos los tres.

A la hora del almuerzo mis otros dos amigos me invitaron a comer a su mesa, les conté de la chica de la biblioteca a lo que ambos se rieron añadiendo "durante el receso solamente la bibliotecaria esta metida en ese hueco", yo les insistí que la chica era real, les mostré las notas que me había enviado el día anterior, pero seguían sin creerme, les dije que volvería hoy y que esta vez si podré contestarle, ya que llevaba un bolígrafo, ellos me dijeron que pasarían el receso en el patio jugando con otros chicos y que podía unirme a ellos si es que no estaba la chica esta vez.

Estaba por irme a la biblioteca cuando uno de mis amigos se me acercó y me advirtió "Eso sí, no vallas al fondo del pasillo del quinto piso, nadie va allí y se dice que esta maldito"; eso me dio un poco de miedo y recordé que no había subido al quinto piso, pero ahora menos ganas de ir tenia.

Me despedí y tome rumbo a la biblioteca; al llegar salude a la bibliotecaria que me repitió "Normalmente no se acercan los niños a la biblioteca", no le preste atención y fui a la sección de literatura, tome un libro y busque la mesa donde había encontrado a la chica, pero no estaba; de repente escuché una risita, era la chica, esta vez estaba sentada en una mesa ubicada más al fondo.

Me senté frente a ella cuando, no pasó ni un minuto, vi que me pasaba una nota. "¿Otra vez tú?" decía en esta; saqué mi bolígrafo y le respondí "Sí, tenia ganas de hablar contigo, y ahora ya tengo un boligrafo", le entregué la nota y escuche su risita; pasaron unos segundos cuando me pasó otra nota "Soy Sara, voy en séptimo curso y sí, estoy interesada en conocerte también". Esta nota me puso muy feliz ya que iba a un curso menos que el mío, comenzamos a escribirnos todo tipo de cosas para conocernos más hasta que sonó la campana; en ese momento retiró el libro que cubría su rostro, era una chica hermosa, ojos claros, piel pálida con unas pecas y unos labios rojos que me daban ganas de besar.

Estábamos por salir de la biblioteca cuando ella me dijo que había olvidado unas cosas y que me adelantara, no vi problema, salí de la biblioteca y me quede esperando por ella, pero pasaba el tiempo y no salía, no podía darme el lujo de llegar tarde a clase, se que ella entenderá; así que me fui directo a mi salón para no llegar tarde.

Cuando hubo tiempo les conté a mis amigos de la chica y ellos no podían creerlo, no estaba loco después de todo, además tenia las notas como prueba; uno de ellos me dijo que la esperara a la salida, así podría verla y pedirle disculpas por no esperarla, de paso ellos la verían, pero obviamente ocultos para que no se sintiera mal la chica, ya que si se la pasaba en la biblioteca sola entonces quiere decir que es muy tímida.

La hora de finalizar las clases había llegado, me quedé esperando en la puerta principal del colegio a que saliera Sara, mis amigos estaban alejados pero a la vista, disimulando que hacían otra cosa.

Pasaba el tiempo y nada que veía a Sara, ya habían salido todos del colegio pero no había señal de Sara; mis amigos se acercaron y me trataron de mentiroso, yo les dije que era imposible, que ella aún debe de estar adentro; ya sus burlas comenzaron a fastidiarme y los empujé y corrí adentro del colegio, tenia que encontrar a Sara, ellos corrían detrás mío, no se si insultándome o que, yo solamente corría hacía la biblioteca, no sé porqué, pero sentía que ella estaría allí.

Entré a la biblioteca y me faltaba el aliento, la bibliotecaria me vio e iba a repetir lo mismo de "Normalmente no se acercan los niños a la biblioteca", pero la ignoré, tenia que encontrar a Sara, y efectivamente ella estaba ahí, sentada en la mesa que estaba al final de la biblioteca, era la única mesa al final de ese pasillo de libros, pero no me parecía algo relevante, así que comencé a acercarme a Sara, el camino se me hacía cada vez más y más largo, el ambiente comenzó a sentirse cada vez más pesado e incluso se me comenzaba a dificultar el respirar, sentí que pasaron horas hasta que finalmente llegué hasta donde estaba Sara, me faltaba el aíre, así que no pude decirle nada; ella bajo el libro y me miro a los ojos, su mirada era más penetrante y sentía que miraba al interior de mi alma; después de eso dejó salir otra risita y señaló detrás de mí, volteé a mirar para darme cuenta que estaba en un pasillo increíblemente largo, estaba seguro que estaba en la biblioteca y que el pasillo era por unos libreros, pero no habían libreros, no, se trataba de un pasillo largo con varias puertas de las que se asomaban sombras a las cuales solamente se les podía distinguir dos puntos rojos brillantes como si fueran ojos.

Mi respiración se había agitado más y sentía que el aire me faltaba, de repente llegó a mi cabeza los gritos de mis amigos "¡no sigas por allí!" "¡vuelve!" "¡no subas allá!". Sentí una mano fría que me sujetaba del brazo con una fuerza increíble, como si pudiera romperlo si quisiera. Miré rápidamente de quien se trataba, era Sara que me miraba con una expresión escalofriante mientras se reía.

"La biblioteca queda en el segundo piso" me dijo Sara con una voz fría y profunda; traté de liberarme pero no lo conseguía, su fuerza era mayor a la mía; traté de gritar pero la voz no me salía; comencé a llorar por la desesperación y el miedo.

"Sí, llora, llora todo lo que quieras, todos lloran cuando llegan al fondo del pasillo del quinto piso".

lunes, 26 de octubre de 2020

Cinco Historias Cortas De Terror II


Historia 1

Mi hermano y yo salimos a pedir dulces como todas las noches de Halloween, nos divertimos mucho y nos dieron muchos dulces, ojalá durara para siempre para no tener que volver a ese mausoleo que llamamos hogar.


Historia 2

- La ultima vez que vi a mi esposo iba de camino al trabajo, por eso no puedo estar acá, tengo que volver a esperarlo en casa, por favor entiéndame.

- Señora, el problema es que usted esta muerta, y el hombre que la mató esta esperando a su esposo en casa, pero eso ya es problema de los vivos, así que por favor ¿puede seguirme? ya no hay nada para usted en este mundo


Historia 3

Mi hija se la pasa repitiendo que quiere ir a un pueblo que no existe, siempre me lo hace buscar por google maps pero no hay nada, por más que miro por otras aplicaciones en ese lugar no hay nada.

Decido llevarla para que se de cuenta que no existe ningún pueblo en este lugar; al llegar no encontramos nada, pero ella se bajó del auto feliz de que al fin estuviera aquí.

"¡Al fin papá! ¡Al fin!" me decía mientras miraba a los alrededores desérticos, no había nada.

La llamé para irnos cuando dejé de escuchar su risa emocionada; miré en los alrededores y no la veía, no podía haber desaparecido así nada más. Comencé a gritar su nombre para localizarla, miré detras de cada arbol, de los cuales habían pocos; miré tras las rocas hasta que vi sus huellas, las seguí y, para mi sorpresa, llegue hasta una tumba, en la tumba estaba escrito el nombre de mi hija, pero las fechas que aparecían eran realmente perturbadoras

"1789- 1799"


Historia 4

Me da miedo escuchar la risa por las noches, la primera vez la escuché en la sala, la siguiente noche en el pasillo, la noche siguiente en el cuarto de al lado, pero esta noche invité a un amigo a quedarse, sé que esta noche no la escucharé, me siento más segura con su compañía.

Pero a las 3:00am escuché la risa otra vez, estaba en mi habitación, mi amigo estaba dormido a mi lado, así que lo moví un poco para despertarlo cuando siento algo húmedo, no veo bien por la oscuridad, pero el cuerpo de mi amigo esta lleno de algún liquido. Acerque mi mano para encender la lámpara que estaba en la mesa de noche junto a la cama, cuando vuelvo a escuchar la risa, esta vez a mi lado, era una risa escalofriante y sentía que mis fuerzas me abandonaban. En eso se encendió la luz y vi mis manos llenas de sangre, mi amigo estaba desangrado a mi lado mientras una creatura delgada, peluda, con garras chorreando sangre, ojos blancos y profundos, y con una sonrisa que dejaba ver unos dientes blancos y cuadrados me miraba desde la puerta de la habitación; en eso apagó la luz y soltó una risa.


Historia 5

Mi hijo y yo nos vamos al parque acuático, antes le compre juguetes nuevos para que fuera feliz, espero que jamás olvide este día.

El sale corriendo a los vestidores mientras que yo aparco el carro, abro el baúl para sacar unas cosas y apartando la pistola que usaré esta noche, saco mi maleta, cierro el baúl y lo sigo.